lunes, 29 de junio de 2009

Shackleton y el Endurance: una historia de liderazgo


"Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito". 

Éste fue el anuncio de prensa que puso en 1914 Sir Ernest Shackleton para reclutar tripulación para ir a la Antártida. Éste fue el comienzo de una peligrosa aventura que terminó convirtiéndose en una de las mayores lecciones de liderazgo, supervivencia y superación humanas que se recuerdan.


El explorador británico Ernest Shackleton hizo planes para ser el primero en liderar una expedición en trineo a través de todo el continente de la Antártida. El 5 de diciembre de 1914, partió en el barco Endurance. Sin embargo el Endurance chocó contra un gran bloque de hielo. Para el 27 de enero de 1915, el Endurance había quedado completamente varado y, durante dos años, el mundo no tuvo noticias de Shackleton ni de su tripulación. Parecía que hubiesen desaparecido de la faz de la Tierra. Sin embargo, en una increíble hazaña de supervivencia, los miembros de la expedición sobrevivieron en el hielo sin perder ni a un solo hombre.




Aunque Ernest Shackleton nunca alcanzó el polo sur y no logró atravesarlo cuando se lo propuso, su capacidad para sobrevivir a lo imposible es un modelo de liderazgo de éxito. El objetivo de la misión tuvo que ser abandonado cuando el barco Endurance quedó atrapado en el hielo cerca de su destino en la Bahía Vahsel. Más tarde quedaría destrozado, aplastado por los bloques de hielo que lo aprisionaban, lo que obligó a la tripulación del barco y los miembros de la expedición a realizar un viaje épico en trineo atravesando el helado Mar de Weddell y posteriormente en bote hasta la Isla Elefante, en el archipiélago de las Islas Shetland del Sur. Una vez allí, reconstruyeron uno de sus pequeños botes y Shackleton acompañado de otros cinco hombres navegó hasta la isla Georgia del Sur en busca de ayuda.

Este viaje, realizado a finales del otoño Antártico (abril-mayo), embarcados en un bote de tan sólo 6,7 metros de eslora, a través del Paso Drake hasta Georgia del Sur, era arriesgadísimo y posiblemente no tenga rival en la historia de la navegación. Tocaron tierra en la costa sur de la isla Georgia del Sur y atravesaron la cordillera que recorría la isla como si fuera su espina dorsal, en 36 horas en un igualmente notable viaje (habría que destacar que el interior de la isla aún no había sido cartografiado) que permitió iniciar los planes para el rescate de sus hombres en la isla Elefante.


Los 22 hombres que habían permanecido en la Isla Elefante fueron rescatados por el buque chileno Yelcho, comandado por Luis Pardo Villalón, el 30 de agosto de 1916, tras otros tres intentos fallidos a causa de las pésimas condiciones meteorológicas. Dado que toda la tripulación del Endurance sobrevivió, las decisiones de Shackleton en esta ocasión continuan siendo puestas como modelo de liderazgo en condiciones extremas.

El hecho no haber perdido una sola vida da testimonio de su habilidad como líder. Dennis Perkins en su libro  "Las 10 estrategias de Shackleton en su gran expedición antártica " describía las que a su juicio fueron sus diez estrategias clave en esos momentos extremos:


Estrategia 1

Nunca pierda de vista la última meta y concentre su energía en objetivos a corto plazo. Liderar al límite significa buscar cualquier oportunidad para realizar acciones decisivas, y rechazar el desanimo que se produce cuando algunos esfuerzos resultan infructuosos…


"Estoy seguro de que intentar una marcha es lo correcto… Será mucho mejor para todo el grupo sentir que, aunque progresamos lentamente, vamos hacia tierra, que quedarse sentado esperando una deriva hacia el noroeste que nos saque de esta extensión de hielo.”
Ernest Shackleton

Estrategia 2

De ejemplo personal con símbolos y conductas visibles y fáciles de recordar.

“Shackleton recalco, hablando con suma convicción, que ningún objeto tenía valor alguno si se compara con la supervivencia y exhortó a los expedicionarios a que fueran implacables deshaciéndose de cualquier peso innecesario, independientemente de su valor. Después de hablar, saco de su chaqueta una caja dorada de cigarrillos y varios soberanos de oro y los tiro a la nieve”.
Alfred Lansing

Estrategia 3

Inspire optimismo y autoconfianza, pero aférrese a la realidad.

Una inteligencia aguda, ser competente en el negocio y fuertes habilidades interpersonales son cualidades primordiales para el liderazgo…

“Shackleton tenía una comprensión maravillosa y peculiar de las actitudes y las relaciones de las personas entre sí y de la expedición como un todo. Percibía cuán profundamente una persona o un grupo de personas podían afectar a la psicología de los demás. …Insistía mucho en la cortesía y en el optimismo y, de hecho, su actitud era: “Tienes que ser condenadamente optimista”.
Frank A. Worsley

Estrategia 4

Cuide de sí mismo: mantenga su resistencia y déjese de complejos de culpa.

Quienes han elegido dirigir al límite son, con frecuencia, individuos dotados de gran energía y empuje. Al mismo tiempo, la persecución de metas nobles implica fuertes exigencias físicas y psicológicas…

“No había dormido durante ochenta horas… Había estado gobernando el timón durante nueve horas, mientras dirigía a los otros botes, y casi no podía mantenerme despierto. Greenstreet, que es un buen marino, me decía continuamente que dejara el timón y durmiera algo, pero yo estaba tan obsesionado con llegar a la isla (…) que seguí, cuando debiera haber cedido el gobierno a otro. La consecuencia fue que me quede dormido unos segundos y el Docker… cambio de rumbo. Todos estábamos cansados y faltos de sueño habíamos perdido algo el juicio.
Frank A. Worsley

Estrategia 5

Refuerce constantemente el mensaje de grupo: “somos uno, viviremos y moriremos juntos”.

No había duda alguna en la mente de Shackleton de que la supervivencia del grupo dependía de un trabajo en equipo excepcional… una división del grupo hubiera implicado desperdiciar energía, y esa falta de armonía hubiera supuesto la diferencia entre la vida y la muerte.

“Shackleton siempre se opuso a dividir el grupo, y muy sensatamente rehusó considerar tal opción (…) aunque la tentación de explorar (…) era casi irresistible”.
Frank A. Worsley



Estrategia 6

Minimice las diferencias de estatus e insista en la cortesía y el respeto mutuo.

A Scott le gustaba hacer inspecciones con todos los hombres formados en cubierta. Estaban firmes hasta que se les congelaban los pies… era un mal comunicador, y en vez de usar la información para reforzar los vínculos de unión del equipo, se guardaba la información más elemental. Incluso los oficiales desconocían los destinos y la duración de las estancias en los mismos.

“Shackleton, en privado, me forzó a aceptar la galleta de su desayuno, y me hubiera dado otra esa noche si yo lo hubiera permitido. No creo que nadie en el mundo pueda valorar cuanta generosidad y empatía ha mostrado con este gesto: yo sí, y juro por Dios que nunca lo olvidare. Miles de libras no hubieran podido comprar esta galleta”.
Frank Wild

Estrategia 7

Domine el conflicto. Maneje el enfado en dosis pequeñas, atraiga a los disidentes e impida luchas de poder innecesarias.

Conflicto: solo la mención de la palabra puede levantar sentimientos de ansiedad. Los ejecutivos competentes que entran sin miedo en el mercado de trabajo hacen lo que sea para evitar las fricciones interpersonales. Pero el conflicto es un componente predecible en la volátil mezcla de actitudes y emociones que se encuentra en las organizaciones al límite. El conflicto llega de diversas maneras: discusiones directas, desacuerdos, sabotaje y agresión pasiva.

“(…) tales eran los peligros psicológicos de una comunidad aislada. Las peleas y la tensión estaban siempre como telón de fondo. Había irritabilidad entre caras demasiado familiares, y no había modo de escapar (…). Sobre todo, era fundamental pensar en el líder, y Shackleton tenía el poder de adelantarse a los problemas sin hacer nada aparente”
Roland Huntford

Estrategia 8


Encuentre algo que celebrar y algún motivo con el que reír.


En circunstancias de estrés, cuando los tiempos son difíciles, hacer una fiesta es lo que menos se le pasa a uno por la cabeza. En condiciones de supervivencia, la risa es un acto antinatural, y en situaciones difíciles de negocio, el humor puede parecer frívolo, improcedente y fuera de lugar. En condiciones de presión extrema, la capacidad de relajarse, festejar y reír puede marcar la diferencia, romper una espiral de depresión y estimular la creatividad… puede permitir al personal coger perspectiva y tomar distancia psicológica respecto a sus problemas.

“La desaparición del sol es un acontecimiento depresivo en las regiones polares, donde los largos meses de oscuridad implican presión mental y física. Pero la tripulación del Endurance no renuncio a abandonar su alegría cotidiana, y un concierto por la tarde hacia del Ritz una escena de ruidoso jubilo que contrastaba extremadamente con el fio y silencioso mundo del exterior.”
Ernest Shackleton

Estrategia 9


Este dispuesto a asumir el gran riesgo.


El riesgo innecesario es una forma de insensatez que pone en peligro la estabilidad de la organización o, incluso, vidas humanas. Hay momentos en los que, claramente, hay que dejarse llevar, y hay situaciones en las que hay que minimizar el riesgo. Por desgracia, también hay momentos en los que mantener lo que parece el rumbo seguro es un movimiento peligroso.

“Shackleton era (paradójicamente) un hombre muy prudente. Puede parecer producto de la fantasía decir que un explorador antártico de su calibre era cauto, pero era así. Era valiente, el hombre más valiente que he visto nunca, pero no era insensato. Cuando era necesario, asumía las tareas más peligrosas y lo hacía sin miedo, pero siempre se aproximaba de forma reflexiva y realizaba las tareas de forma segura. Estaba orgulloso de su reputación de prudente y, por eso, el apodo que se había ganado en su primera expedición era Jack el prudente, lo que le halagaba mucho”.
Frank A. Worsley

Estrategia 10


Nunca abandone, siempre hay otro movimiento.


Encontrar soluciones creativas para grandes problemas es una tarea difícil, incluso en las mejores circunstancias, pero en situaciones al límite es aun más costosa. El miedo, el cansancio físico y el hastió psicológico son parte integrante de la travesía que afrontaron aquéllos que han estado expuestos a los limites de la supervivencia, o bien las organizaciones que intentan lograr los máximos niveles posibles de realización. La capacidad para resolver problemas se vuelve crítica, y la necesidad de innovación es vital precisamente en estos momentos de estrés.

Cuando los movimientos obvios están agotados, es necesario buscar otros. Tampoco hay que desechar ninguna idea, por estrafalaria que parezca, sin antes considerarla detenidamente. Piense lo impensable y anime a los demás a hacer lo mismo. La creencia inquebrantable en que siempre habra otro movimiento le dará energía para buscar soluciones, y la creatividad le proporcionara la capacidad para encontrarlas.

“Sin un ancla, el bote se escurría, balanceaba y hacia mucho agua. El vidrio de la brújula estaba roto, pero lo reparamos con escayola del botiquín”.
Frank A. Worsley

4 comentarios :

  1. Cada vez que leo más sobre él, más me emociona su historia y todo lo que fue capaz de conseguir. Muy recomendable también el libro de Alfred Lansing, y un par de Blogs que cuentan la historia detallada: http://ernestshackleton.es (En español) y http://ernestshackleton.es (en inglés)

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  2. Motivo de inspiracion su historia

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