Mirar directamente a alguien hace que uno sea más atractivo a los ojos del interlocutor.
Los varones encuentran más atractivo el rostro de la izquierda, de mirada directa, que el de la derecha.
En estudios anteriores los investigadores se habían centrado en las características físicas que hacía a las personas atractivas, pero en este caso se han centrado en las actitudes de las personas. Los resultados, publicados recientemente Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences , indican que no sólo son importantes los rasgos físicos del rostro a la hora de juzgar el atractivo de alguien, sino que la actitud de la persona sobre nosotros también lo es. En este caso en concreto ha estudiado la dirección de la mirada y teniendo en cuenta la expresión facial y el género.
Claire Conway y sus colaboradores de la Universidad de Aberdeen reclutaron a unos voluntarios para el experimento. Estos sujetos fueron divididos en cuatro grupos diferentes y se les solicitó que puntuaran el atractivo de una serie de imágenes de rostros que veían sobre un monitor. En virtud de los resultados obtenidos llegaron a una serie de conclusiones.
Estos investigadores encontraron que identificar los factores que determinan nuestras preferencias en el que juzgamos el atractivo facial en un proceso complejo, y que lo encontramos atractivo dependerá de una combinación de factores. Por ejemplo, nos vemos más atraídos por la caras alegres que nos miran directamente y que son del sexo opuesto.
Cuando se pregunta a la gente que piense en ejemplos de rostros atractivos, las características que enumeran suelen ser físicas, como aspecto saludable de la piel, simetría, fuerte mandíbula, etc.
Sin embargo en este estudio han demostrado que la dirección de la mirada es también importante. Los rostros que miraban directamente al sujeto que observaba el monitor fueron juzgados más atractivos que las caras que no lo hacían. Al parecer, el efecto era particularmente pronunciado si la cara estaba sonriente y era del sexo opuesto al del que miraba. Esto demuestra que no sólo nos centramos en la belleza física y que preferimos caras que indican que les gustamos.
Los autores especulan que quizás es posible que nuestros cerebros estén diseñados para permitirnos invertir tiempo y esfuerzos preferiblemente en miembros atractivos del sexo opuesto que sean más receptivos a nuestro interés hacia ellos.
Fuente: NeoFronteras.net
No hay comentarios :
Publicar un comentario