El proceso de envejecimiento es un problema demográfico "sin solución", que acarreará un futuro en el que la población española tendrá "menos jóvenes, pero más personas mayores", con consecuencias económicas y sociales por las "grandes exigencias" de la población. Para cambiar la situación, cada mujer tenía que tener de media siete hijos. Son conclusiones de 'Reflexiones para un mundo en cambio' del ciclo de conferencias de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
El proceso de envejecimiento es un problema demográfico "sin solución", que acarreará un futuro en el que la población española tendrá "menos jóvenes, pero más personas mayores", con consecuencias económicas y sociales por las "grandes exigencias" de una población cada vez "más numerosa".
Si se quieren reducir las consecuencias negativas, se debería aumentar la fecundidad con siete hijos de media por mujer, lo que se plantea como "imposible". Otra alternativa sería un "excesivo" volumen de inmigración, que "nunca tendremos". Por tanto, es un problema que "no tiene solución y tendremos que convivir con ello", apostilló.
Según dijo, el proceso de envejecimiento es "universal", y no sólo de España, y se ha visto "intensificado" en los últimos años en la mayoría de países occidentales, debido a la mejora de las condiciones de vida.
Por su parte, el profesor Vinuesa indicó que España, que históricamente ha tenido una demografía "curiosa" a la que no se le ha prestado la suficiente atención", es uno de los países europeos que "más rápido" está decreciendo por las bajas tasas de fecundidad que lleva arrastrando desde 1976. "Los niños que no nacieron en el 76 ya no van a nacer".
Resto de Europa
Los porcentajes de nacimientos son mas elevados en el norte y occidente de Europa que en el este y el sur, como en España que tiene uno de los índices más bajos, con solo una media de 1,3 hijos por mujer.
Al llamado nivel de reemplazo de 2,1 nacimientos por mujer solo se acercan Francia, Gran Bretaña, Irlanda y los países nórdicos, donde la natalidad oscila entre 1,8 y 2 hijos.
Los países de habla alemana y los restantes del centro, este y sur de Europa tienen índices de natalidad muy inferiores, de entre 1,3 y 1,5 nacimientos.
En el caso de España destaca que su actual porcentaje de natalidad es de 1,3 hijos por mujer, recuerda que en 1975 era de 2,8 hijos y subraya que el nivel mas bajo se dio en 1995 con solo 1,2 hijos.
Los sociólogos explican el bajón nacimientos en todo el continente por el hecho de que se aplaza hasta una mayor edad la formación de una familia, en muchos casos por la inseguridad laboral y unos estudios prolongados.
«En los países nórdicos, donde la infraestructura para el cuidado de los menores está muy desarrollada y donde los hombres asumen con frecuencia tareas del hogar, la decisión de procrear es mas fácil», señala el estudio, que será publicado por la revista especializada Demographic Research.
Comenta que el cambio cultural y de valores que se produjo en el norte y occidente de Europa en las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado en relación con la fundación de familias condujo a un fuerte descenso de la natalidad. Sin embargo, esa tendencia se ha invertido y la «hasta ahora negativa relación entre el cambio cultural y de valores frente a los índices de natalidad adquiere ahora un giro positivo».
El instituto de Rostock destaca que la inmigración desde terceros países ha conducido a una mejora de los índices de natalidad en Europa .
En el caso de ocho países escogidos de Europa occidental -España, Portugal, Francia, Italia, Austria, Alemania, Holanda y Gran Bretaña-, las inmigrantes hicieron aumentar entre 1997 y 2006 las cifras de nacimientos de un tres a un ocho por ciento.
Fuente: Lavozdigital, Telecinco
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