domingo, 24 de enero de 2010

España lidera el paro juvenil en Europa

Es un fenómeno que experimentan EEUU y otros países europeos, pero España es el ejemplo extremo: en tres años la tasa de paro entre los jóvenes ha pasado del 17% al 42,9%.

El dato puro y duro parece negativo, pero lo es mucho más cuando se compara con el resto de países.



* España tiene la tasa de paro joven más alta de toda la Unión Europea, llegando incluso a duplicar la tasa media.
* Ningún país se nos acerca: España aventaja nítidamente a los emergentes bálticos, Letonia y Estonia, y a la desplomada Irlanda.
* España es el segundo país donde más ha aumentado el paro juvenil en el último año.

Estos datos dibujan un panorama gris para los jóvenes que en su momento, y amparados por la bonanza y abundancia de empleo que provocó la burbuja inmobiliaria en sectores como la construcción, optaron por no estudiar, y que ahora se encuentran sin trabajo, con poca formación, e incapaces de ganar experiencia que mejore sus expectativas de empleo. Precisamente el New York Times criticaba que pese a que el gobierno gasta 30.000 millones de euros al año en prestaciones por desempleo, apenas se han tomado medidas por mejorar la empleabilidad del colectivo.

Los datos en contexto histórico

Se puede argumentar que los datos anteriores son menos preocupantes porque España es un país de paro elevado. Pero como se observa en la segunda gráfica, esa perspectiva histórica tampoco ofrece un diagnóstico tranquilizador.



* En 2005 la tasa española alcanzó la media europea, pero en 2007 volvió a dispararse, y ahora diverge de forma evidente… no ya de la media, sino de toda la unión.
* La tasa actual se acerca a los máximos de la crisis de los noventa, con un matiz: entonces la tasa total de paro era del 25%, y ahora nos movemos —¿aún?— en el 20%. Eso sugiere que la crisis actual está castigando más a los jóvenes.

La pregunta clave es cómo, y cuándo, será capaz el mercado laboral de absorber este creciente número de parados. A ese respecto, hay señalar la conexión entre el paro joven y la indemnización por despido. Para las empresas, el coste de un despido es función de la antigüedad del trabajador, lo que sirve para proteger a los trabajadores mayores… en perjuicio de los más jóvenes. Esto suele considerarse un mecanismo de protección social, pero no olvidemos sus contrapartidas en términos de paro joven y productividad.

Algunos atenuantes

Hemos visto que los datos de paro joven son malos, pero me gustaría mencionar dos atenuantes que considero importantes.

* El primero es la componente pasota que eleva el paro entre jóvenes. Muchos viven con sus padres, buscan trabajo sin prisa, o no lo buscan en absoluto, quizás “descargan” el paro, o preparan una oposición. Ese perfil existe, y quizás sea más común en España que en otros países.

* El segundo atenuante es la economía sumergida. Lo mencionaba el editorial de Factual hace unos días: “si la labor en negro se pusiera a niveles europeos […] el paro español entraría entonces en la media europea”. Es razonable pensar que el mercado de infra-empleo acoge a un montón de jóvenes.

El editorial del periódico ofrecía otra reflexión interesante, sugiriendo que la economía sumergida, unida al estado del bienestar y a la prestación por desempleo, explican la calma con que nuestro país, y sus jóvenes, soportan una tasa de paro única entre economías similares. ¿Cómo evolucionará la situación cuando más y más gente vaya agotando la prestación por desempleo?

Yo, ¿estudiar? ¡Si gano 3.000 pavos en el tajo!

Relacionado con el estudio que recojo en esta entrada del blog no quiero cerrarlo sin poner un extracto de otro esclarecedor artículo que leí hace unos días en cotizalia.com, es el siguiente:

"Yo, ¿estudiar? ¡Si gano 3.000 pavos en el tajo!. La cita es literal. Al ocupar el apartamento que había alquilado para ese mes de agosto en Cádiz me encontré con un problema de albañilería. La propiedad me envió a un chaval que apenas rozaría los 18 años, pelo rapado de pincho, cadenota de oro y mucho, mucho desparpajo. Se me ocurrió preguntarle por su formación y fue como abrir la espita a un geiser. “Aquí no estudia ni dios, quillo. Pa qué. Mira, con esto me levanto 3.000 pavos al mes y tengo pa tó. Que si el quad, que si las tías, que buen rollito por aquí y por allá. Soy el rey. Currar y disfrutar, que pa eso no hay que usar la cabeza”.

Era poco antes del momento álgido de la burbuja inmobiliaria y a servidor se le cayó el alma a los pies. Resultaba que en España la educación había pasado de ser una oportunidad que generaba rédito futuro, de ahí su obligatoriedad en las primeras etapas de escolarización, a ser percibida como un coste en sus fases posteriores, lastre que consumía los mejores años de la vida e impedía disfrutar de la misma. Ni siquiera contemplaba el interlocutor la posibilidad de acudir a la formación profesional como alternativa con objeto de hacer valer un oficio en el futuro. Pa qué. Trabajo en el tajo y juerga a destajo.

En los últimos datos de paro dados a conocer en nuestro país coincidiendo con las vacaciones navideñas hay una cifra que cualquier partido político se debería grabar en el frontispicio de su programa electoral como elemento prioritario de actuación, si es que quedara en el parlamentarismo nacional algo de dignidad o de interés por el futuro de España: el 43% de desempleo juvenil, personas en situación laboral activa entre 16 y 24 años que, economía sumergida aparte, están de brazos cruzados –como casi seguro el chaval de mi ejemplo- contra el 17,5% de enero de 2007.

Las implicaciones negativas que este porcentaje tiene para el futuro de nuestro país son muy superiores a cualesquiera otras de las que ahora llenan las páginas de los periódicos como, por ejemplo, el estado de las cuentas públicas. De hecho, no se engañen, no se podrán arreglar estructuralmente los desequilibrios presupuestarios o el problema de competitividad o el de la falta de emprendedores, por poner sólo tres muestras, si no se resuelve previamente la incertidumbre que afecta a un escalón poblacional que algunos autores han dado ya en llamar la Generación Perdida."


Los jóvenes españoles se van de casa rozando la treintena


  • Los jóvenes españoles se emancipan de media a los 29,3 años
  • La edad de emancipación española está en la liga de Portugal, Grecia e Italia
  • En Francia, Alemania, Holanda o Reino Unido lo hacen con menos de 25 años

El 1 de junio de 2009 había en la Unión Europea 95 millones de jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y 29 años, casi una quinta parte de la población de los Veintisiete, según el informe de Eurostat 'Retrato estadístico del estilo de vida de los jóvenes'.



Rozar la treintena para irse de casa es 'normal' en parte de los países de la Unión Europea, salvo si se vive en las 'locomotoras' económicas: Alemania (entre 24 y 25 años), Holanda, Reino Unido y Francia (entre 23 y 24) y Finlandia (entre 22 y 23), son países donde parece ser más fácil emanciparse.

Así, España juega en la liguilla de los treinta, como Portugal (28-29 años), Italia (entre 29,5 y 30,9 años), Polonia (28,4-29,6 años).

En los siguientes gráficos podemos observar las diferencias entre los diferentes países europeos:









Y en el caso de los estudiantes universitarios la diferencia se hace especialmente apreciable en comparativa con otros países europeos. Siete de 10 diez universitarios españoles (e italianos) viven con sus padres, lo que les distingue de sus homólogos suecos (menos del 10% vive en el hogar familiar), y también de alemanes, británicos y franceses.



Fuera de las fronteras europeas también vemos como por ejemplo Estados Unidos se mueve en cifras similares a las de Alemania o Reino Unido.



LAS MUJERES, ANTES


Por otra parte, las mujeres se independizan antes que los hombres en todos los Estados miembros.

Las chicas españolas se independizan unos dos años antes que los varones

La edad promedio de emancipación de las mujeres españolas se sitúa a los 28,2 años, mientras que en los varones se retrasa hasta los 30. Este retraso en la edad de independencia de los jóvenes españoles de su hogar de origen se debe a las dificultades que encuentran para establecerse y al cambio en las relaciones familiares.

La transición de la juventud a la vida adulta se descompone en tres etapas fundamentales: el paso de estudiante al mundo laboral (inserción laboral), de miembro dependiente del hogar a persona de referencia del mismo (emancipación residencial) y de posición exclusiva de hijo o hija a la de padre o madre (formación familiar). Los resultados demuestran que la edad en la que los cambios de estatus son más intensos se ha desplazado de manera importante – con seis años de retraso - entre 1981 y 2001, esta demora la han sufrido de manera paralela ambos sexos. En 1981, la edad del proceso completo de emancipación era, de media en España, a los 22 años en mujeres y a los 24 en varones, mientras que en 2001 pasó a los 28 y 30 años, respectivamente, unas edades, en comparación con otros contextos geográficos fuera del sur de Europa, consideradas extraordinariamente tardías.

Cada vez es más amplio el margen de edad en el que los sociólogos sitúan la franja de edad de la juventud, antes considerada hasta los 25 años y ahora alargada hasta los 34. La extensión de la etapa juvenil se debe a la prolongación de la dependencia familiar de los hijos, y se ha hecho especialmente acusada en los países del sur de Europa, en concreto en España. Esta pauta, extendida entre el 70% de los jóvenes españoles, «se ha estabilizado hasta tal punto que no son esperables cambios radicales en el futuro».


Entre 1976 y 2011, la edad media al matrimonio ha tenido una clara 
tendencia a incrementarse, tanto por lo que se refiere a las mujeres como en 
cuanto a los varones: en 1976 la media de edad era de 24,38 años en las mujeres y 
de 27,23 en los varones, mientras que, en 2011, esas cifras fueron de 33,02 y 
36,10 años, respectivamente





Las causas son diversas y con orígenes diferentes. Como motivos que los sociólogos denominan «internos» están los cambios en la familia tradicional española. Así, la democratización de las relaciones y la distribución más igualitaria de la autoridad en el seno del hogar se ha convertido en un rasgo característico. Esto significa que ya no se admite el ejercicio absoluto de la autoridad de los padres sobre los hijos, sino que éstos toman parte en las decisiones importantes. Además, las obligaciones de los jóvenes para con sus progenitores se han reducido de modo considerable. Otro hecho notable es el cambio en la estructura de esta institución, donde cada vez es menor el número de hijos, lo que supone una disminución de la carga económica que éstos implican.

Estos factores dan lugar a un clima donde los hijos disfrutan de más libertad, tienen más capacidad de movimiento y mayor bienestar económico. En definitiva, la grata convivencia paterno-filial y las buenas relaciones intergeneracionales dan lugar a la creación de una imagen positiva de la familia, que no sólo procura al joven todas las comodidades, sino que supone «un refugio ante las situaciones difíciles», explica.

A la hora de hablar de los factores externos el panorama no se presenta muy halagüeño. El coste de los bienes y servicios ha crecido de forma muy destacada. Pero lo que más frena es la vivienda y el trabajo. La subida desorbitada del precio de las casas convierte en inaccesible el acceso de los jóvenes a un lugar de residencia propio. Asimismo, encontrar un trabajo estable y bien remunerado se convierte en una tarea difícil.

Respecto al nivel de estudios, los datos indican que con niveles de formación más altos y de más edad, permanecen en mayor medida en el hogar que los que tienen estudios obligatorios.

En España no se supera la tasa del 50% de jóvenes que viven fuera del hogar paterno hasta el tramo de edad de entre 30 y 34 años. Según datos de 2013 del Observatorio de emancipación del Consejo de la Juventud de España, solo el 7,2% de jóvenes entre 16 y 24 años vive fuera de casa, entre 25 y 29 años la cifra supera el 40%. El porcentaje asciende al 72,9% de quienes tienen entre 30 y 34 años se han emancipado.

En este sentido, las Islas Baleares son la región con mayor porcentaje de jóvenes que viven fuera del hogar de sus padres (más de un 48%), seguido de la comunidad Valenciana y Cataluña, en el polo opuesto están las regiones del norte peninsular, como Cantabria, Asturias y Galicia, con tasas inferiores al 30%.



Noticia relacionada: Cuatro de cada diez asturianos de 30 a 34 años siguen viviendo con sus padres

Fuentes: Elaboración propia, Eurostat, elmundo

miércoles, 13 de enero de 2010

Por qué más es menos

¿Somos más libres por tener más donde elegir… o más bien nos ahogamos en el océano de posibilidades que tenemos a nuestro alcance? El psicólogo Barry Schwartz nos da en Redes algunos consejos para no sucumbir a la perpetua insatisfacción que nos persigue en la sociedad moderna marcada por la abundancia.



Fuente

domingo, 10 de enero de 2010

La Pequeña Edad de Hielo y el mínimo de Maunder

Cuenta la Historia que hace más de 350 años, entre 1645 y 1715, el Sol atravesó uno de los periodos de actividad más bajos de los que se tiene constancia. Conocido como el Mínimo de Maunder, esta época coincidió con la llamada “Pequeña Edad de Hielo” en la que la Tierra fue azotada por un clima bastante frío. Hubo incluso ríos que acabaron congelados, como el Támesis, en Londres. Aunque no hay consenso al respecto, algunos científicos relacionan directamente el adormecimiento solar con las bajas temperaturas que los terrestres sufrieron por aquel entonces.



La Pequeña Edad de Hielo (PEH) fue un período frío que abarcó desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del XIX. Puso fin a una era extraordinariamente calurosa llamada Óptimo climático medieval. Hubo tres máximos: sobre 1650, alrededor de 1770 y hacia 1850.

Los científicos han identificado dos causas de la Pequeña Edad de Hielo fuera de los sistemas de interacción océano-atmósfera: una actividad solar disminuida y la actividad volcánica aumentada. Otras personas investigan influencias más antiguas como la variabilidad natural del clima, y la influencia humana. Algunos también han especulado que la despoblación de Europa durante la Peste negra, y la disminución resultante en el rendimiento agrícola, pudiera haber prolongado la Pequeña Edad de Hielo.

Durante el periodo 1645-1715, en mitad de la Pequeña Edad de Hielo, la actividad solar reflejada en las manchas solares era sumamente baja, con algunos años que no había ninguna mancha solar. Este período de baja actividad de la mancha solar es conocido como el Mínimo de Maunder. El eslabón preciso entre la baja actividad de las manchas solares y las frías temperaturas no se han establecido, pero la coincidencia del Mínimo de Maunder con el periodo más profundo de la Pequeña Edad de Hielo sugiere que hay una conexión.



La Pequeña Edad de Hielo trajo inviernos muy fríos a muchas partes del mundo, pero la documentación más completa está en Europa y América del Norte. A mediados del siglo XVII, el avance de los glaciares de los Alpes suizos, afectó a pueblos enteros. El Río Támesis, los canales y los ríos de los Países Bajos se helaron a menudo durante el invierno, y las personas aprovecharon para patinar.

Durante el invierno de 1709 desde Escandinavia en el norte a Italia en el sur, y desde Rusia en el este a la costa oeste de Francia, todo se convirtió en hielo. El mar de congeló. Lagos y ríos se helaron, y el suelo se congeló hasta una profundidad de un metro o más. El ganado murió de frío en sus establos y los viajeros se helaban hasta la muerte en los caminos. Fue el invierno más frío en 500 años.

En Inglaterra se conoce al invierno de 1709 como la Gran Helada. En Francia entró en la leyenda como Le Grand Hiver, tres meses de frío letal que llevó a un año de hambruna y disturbios por la comida. En Suiza los lobos hambrientos entraron en los pueblos. Los venecianos se deslizaron sobre el lago helado, mientras que fuera de la costa oeste de Italia marineros a bordo de barcos de guerra ingleses morían por el frío. “Creo que la Helada fue mayor (si no también más universal) que ninguna otra en la Memoria del Hombre”, escribió William Derham, uno de los observadores meteorológicos más meticulosos de Inglaterra. Estaba en lo cierto. Trescientos años más tarde sigue ostentando el récord del invierno más frío de Europa durante el último medio milenio.

En Francia, la helada se extendió por todo el país hasta el Mediterráneo. Incluso el rey y su corte en el suntuoso Palacio de Versalles sufrieron para mantenerse calientes. El Duque de Orleans escribió a su tía en Alemania: “Estoy sentado con un rugiente fuego, tengo una pantalla por delante de la puerta, la cual está cerrada, de forma que pueda sentarme aquí con una piel de marta alrededor de mi cuello y mis pies en una bolsa de piel de oso, y aún así estoy tan aterido de frío que apenas puedo sostener el lápiz. Nunca en mi vida había visto un invierno como este”. En los hogares más humildes, la gente se iba a la cama y despertaba para encontrar sus gorros de dormir congelados en el cabecero de la cama. De todo el país llegaban informes de gente que se congelaba hasta morir. Y con los caminos y ríos bloqueados por la nieve y el hielo, era imposible transportar comida a las ciudades. París esperó tres meses hasta que recibió suministros frescos. Antes de final de año había muerto más de un millón de personas de frío o hambre.


El hecho de que tanta gente dejara constancia del frío sugieren que el invierno de 1708/1709 fue inusualmente duro, pero ¿cómo de extraordinario era esto?

En 2004, Jürg Luterbacher, climatólogo de la Universidad de Berna en Suiza, realizó una reconstrucción mes a mes del clima de Europa desde 1500, usando una combinación de medidas directas, indicadores representativos de la temperatura tales como anillos de los árboles y núcleos de hielo, y datos recopilados en documentos históricos. El invierno de 1708-1709 fue el más frío. En gran parte de Europa la temperatura fue mucho más de 7º C menor que la media para la Europa del siglo XX.

Por qué hizo tanto frío es difícil de explicar. La Pequeña Edad del Hielo estaba en su clímax y Europa experimentaba momento turbulentos: la década de 1690 vio una cadena de veranos fríos y cosechas fallidas, mientras que el verano de 1707 fue tan cálido que la gente moría de golpes de calor. Globalmente, el clima fue más frío, con la emisión del Sol en su punto mínimo en milenios.

Algo más tarde en el invierno de 1780, el Puerto de Nueva York se heló, y debido a esto la gente pudo caminar de Manhattan a la Isla de Staten. El hielo del mar que rodea Islandia se extendió varios kilómetros en todas direcciones, lo cual provocó el cierre de los puertos de la isla. Los inviernos severos afectaron a la vida humana. La población de Islandia descendió a la mitad, y las colonias vikingas en Groenlandia desaparecieron.

Durante muchos años, la nieve cubría la tierra durante muchos meses. Muchas primaveras y veranos eran fríos y lluviosos, aunque había una gran variabilidad entre unos años y otros. Las cosechas en toda Europa tuvieron que adaptarse a la corta estación de cultivo y había muchos años de carestía y hambre.

La magnitud de los glaciares de montaña era mucho mayor. En 1800 los límites de las zonas de separaciones de acumulación neta de aquellos de ablación neta era aproximadamente 100m más bajas que en 1975.

La Pequeña Edad de Hielo dejó su impronta en el arte del periodo; por ejemplo, en cuadros del pintor flamenco Pieter Brueghel el Joven, quien vivió de 1564 a 1638, la nieve domina muchos paisajes de pueblos. Burroughs que estudió la pintura de ese periodo observó que la temática se da casi completamente de 1565 a 1665, y supone que el extraordinariamente crudo invierno de 1565 inspiró a los grandes artistas a pintar imágenes muy originales. Hay una interrupción del tema entre 1627 y 1640, con un retorno súbito después de esto; esto indica un interludio más apacible en los 1630. De 1640 a 1660 hay una etapa de pintura holandesa volcada en temas invernales que encaja con la vuelta de inviernos fríos. El declive final del tema en la pintura fue alrededor de 1660, y no coincide con una mejora del clima; Burroughs pone las cautelas oportunas respecto a intentar sacar muchas conclusiones de estos hechos. No obstante observa que esa pintura del invierno se repite alrededor de 1780 y 1810, en que de nuevo hubo un periodo más frío.

En España se comenta que el río Ebro se heló siete veces entre 1505 y 1789. En 1788 y de nuevo en 1789 el río permaneció helado durante quince días. En esas épocas era habitual la presencia de una extensa red de neveros, o pozos de nieve, ventisqueros y glaciares que se construyeron y mantuvieron entre los siglos XVI y XIX a lo largo del Mediterráneo oriental, algunos ubicados en áreas donde no nieva en la actualidad un solo día al año. El almacenamiento y distribución de hielo eran un negocio vivo que involucraba secciones enteras de la población rural.




Alrededor de 1850, el clima del mundo empezó a calentarse de nuevo y puede decirse que la Pequeña Edad de Hielo se acabó en ese momento. Algunos científicos creen que el clima de la Tierra todavía se está recuperando de la Pequeña Edad de Hielo y que esta situación se suma a las preocupaciones del cambio del clima causado por el hombre.


Fuente: Wikipedia, cienciakanija

Los que lucen más jóvenes viven más

Las personas que tienen rostros jóvenes tienden a vivir más que aquellos que aparentan la edad que tienen, sugiere un reciente estudio científico.

Investigadores daneses indicaron que la apariencia por sí sola puede predecir la supervivencia, tras analizar los casos de 387 pares de gemelos.

Los expertos le preguntaron a enfermeras, asistentes académicos y a colegas, que adivinaran la edad de los gemelos luego de mostrarles sus fotografías.



Según el informe dela publicación científica British Medical Journal, la tendencia registrada fue que aquellos identificados como personas que "lucían más jóvenes" morían después que el gemelo que aparentaba la edad que tenía.
Ventaja

Los científicos también encontraron una explicación biológica plausible para los resultados obtenidos.

Piezas clave de ADN denominadas telómeros, que indican la habilidad de las células para replicarse, también están vinculadas a qué tan joven luce una persona.

Se estima que un telómero de corta longitud representa un proceso de envejecimiento más rápido y ha sido relacionado con varias enfermedades.

La edad percibida, que es muy utilizada por los médicos de atención primaria como indicación general de la salud de un paciente, es un biomarcador robusto del envejecimiento que predice la supervivencia entre aquellas personas mayores de 70 años.

En el estudio, las personas que lucían más jóvenes que la edad que tenían poseían telómeros más largos. Todos los gemelos tenían entre 70 y 90 años cuando fueron fotografiados.

Tras analizar los casos por siete años, el jefe de la investigación -el profesor Kaare Christensen de la Universidad del Sur de Dinamarca- encontró que al estudiar a gemelos entre más grande era la diferencia de edad percibida, había más probabilidad de que el gemelo que lucía más viejo muriera primero.

La edad, el sexo y la profesión de las personas evaluadas no provocaron ninguna diferencia en los resultados.

Christensen indicó que podría ser que las personas que habían tenido una vida más dura tendían a morirse primero y sus vidas son reflejadas en sus rostros.

Los científicos le dijeron a BMJ que: "la edad percibida, que es muy utilizada por los médicos de atención primaria como indicación general de la salud de un paciente, es un biomarcador robusto del envejecimiento que predice la supervivencia entre aquellas personas mayores de 70 años".

El profesor Tim Spector, un experto británico que realiza estudios con gemelos, indicó: "Nosotros también encontramos esto en nuestro estudio. Probablemente se trata de una combinación de genes y de factores ambientales a lo largo de la vida".

Además, Spector afirmó que el hallazgo muestra que las personas son buenas al evaluar lo bien que se encuentran otros y que los médicos deben observar a sus pacientes con mayor detalle.

"Si un paciente luce mayor que la edad que tiene quizás deberían estar más preocupados", agregó.

Fuente

Intolerancia a lactosa y evolución humana, ¿por qué los chinos no pueden beber leche?



La mayoría de españoles seguramente crean que es normal que las personas tomemos leche (me refiero a ya siendo adultos, por supuesto), lo que es normal en occidente.

Pero la verdad es que la mayoría de la población humana global es intolerante a la leche, en concreto, a la lactosa. Como mamíferos que somos, estamos programados para generar una enzima, la lactasa, que descompone la lactosa en glucosa y por lo tanto la hace una fuente de energía... cuando somos niños. Como norma, a partir de los 4 años ya se genera poca lactasa, y la producción va decayendo hasta desaparecer cuando se es adulto. En general, a los mamíferos adultos les sienta mal la lactosa, provocando una serie de problemas digestivos, relativamente leves, pero lo bastante molestos como par hacer muy difícil el consumo de leche. Estos síntomas (diarrea, flatulencia) es lo que se conoce como intolerancia a la lactosa.




La naturaleza es sabia, como se suele decir. Todos los mamíferos (entre los que nos incluimos los humanos) nacen con la lactasa: un enzima (proteína) producido por las células del intestino delgado. Este enzima se encarga de digerir la lactosa, que es el azúcar de la leche, presente en todos los productos lácteos en mayor o menor medida. La norma, o más bien lo que dictan los genes, es que una vez acabado el periodo de lactancia (aproximadamente entre los 2 y 4 años en humanos), la lactasa deja de expresarse, por lo tanto, ya no podremos digerir más lactosa. Cuando esto ocurre, si se ingiere algún producto lácteo, la lactosa no es asimilada, y entonces es fermentada por las bacterias de nuestro intestino, lo que resulta en la producción de gases, diarrea, hinchazón, náuseas,… Estas consecuencias no son más que “señales” con las que la naturaleza está diciendo: “La cría ya es suficientemente mayor, hay que dejar de amamantarla…”.

Entonces, ¿cómo es que unos humanos sí podemos y otros no tomar leche siendo adultos? La respuesta ha venido, igual que tantas otras cosas, de estudios genéticos: analizando y comparando el genoma de grupos humanos de todo el mundo, se puede recrear el árbol filogenético que explica de dónde venimos las familias que hemos sobrevivido hasta hoy día, resaltando además qué partes tenemos todos en común y qué otras partes no.

En el origen común de todos los humanos, no éramos tolerantes a la lactosa. Pero hace solamente 400 generaciones (~10.000 años), apareció una mutación concreta en el cromosoma 2 (en un gen dominante) que desactivaba la parada programada en la generación de lactasa. Algunos autores han asociado esta diferencia genética a la denominada “Cultura de los Vasos de Embudo” y que floreció en Europa del Norte y Central entre el 4000 y el 2800 BC. Aunque se sabe poco de esta cultura, no hay dudas de que conocía y practicaba la ganadería.

Aunque la mutación aparecería probablemente varias veces de forma independiente, en al menos una ocasión el mutante fue favorecido por su capacidad de beber leche. Favorecido en sentido darwiniano quiere decir que tuvo más probabilidades de llegar a edad de tener descendencia, y así pasar la mutación a sus hijos, y éstos a los suyos, etc... hasta hoy.

Las hipótesis más comunes son que en épocas de escasez de alimento los humanos de los pueblos que criaban ganado tomarían leche a falta de otros víveres. Además de aportar nutrientes, la leche no puede tener infecciones como en ocasiones tiene el agua, así que está clara la ventaja de beberla.

La mutación es muy rara en las comunidades que no tuvieron tradición de pastoreo, como en China (donde sólo la tiene el 1%). En la África subsahariana también es bajo el porcentaje de personas que toleran la lactosa, menos en algunas comunidades con tradición de pastoreo. Lo mismo sucede en Japón, Asia central o en las comunidades aborígenes de Australia o América.

Imagen vía Nature

En Europa, cuanto más al norte más pordentaje de tolerancia a la lactosa hay. Mientras que en Noruega la tasa de adultos que toman leche llega casi al 95%, en Italia ronda el 49%.

Hace decenas de miles de años, algunas poblaciones humanas comenzaron a domesticar animales, y descubrieron que la leche era una gran fuente de alimento. A muchos le sentaba mal, pero algunos eran capaces de digerirla, porque poseían una mutación genética que hacía que el gen de la lactasa no se desactivase y continuase expresándose más allá de la niñez.

En las poblaciones del norte de Europa entre el 80-95% de la población tiene esta mutación. ¿Por qué? Pues para entender esto tenemos que situarnos mucho tiempo atrás y verlo todo desde un punto de vista evolutivo. Nuestros antepasados llegaron a esas tierras frías y no pudieron cultivar la tierra debido al clima. La única alternativa sería sobrevivir de lo que les daban sus animales. Este panorama pintaba muy mal para los intolerantes a la lactosa (que serían los “normales”), que estaban condenados a morir. Pero sin embargo, los que poseían la mutación pudieron nutrirse de leche durante toda su vida, y por lo tanto obtener alimento aunque no hubiera cosechas y sobrevivir y reproducirse en esa tierra hostil. Los hijos de estos supervivientes tendrían también la mutación, y también podrían sobrevivir, y generación tras generación se fue repitiendo el proceso. Así, no es difícil imaginar que pasados cientos o miles de años la población entera de esas regiones estaría formada únicamente por individuos con la mutación, y por tanto tolerantes a la lactosa. Empezaron siendo unos pocos, pero generación tras generación eran ellos los que sobrevivían mientras que el resto fueron pereciendo a lo largo del camino evolutivo (en esas regiones).

Sin embargo en otras poblaciones, como en poblaciones del sur y este de Europa, con climas menos agresivos, no se produjo esa selección de la mutación tolerante, pues los intolerantes a la lactosa podían sobrevivir sin problemas. Como resultado tenemos que en estas poblaciones la frecuencia de la mutación tolerante se sitúa entre el 40 y el 60% del total. Los casos más extremos se dan en las poblaciones asiáticas o africanas, donde la frecuencia de la mutación es muy baja, en concreto del 1% en la población total; esto es debido a que históricamente en estas regiones el pastoreo de ganado productor de leche era casi desconocido, por lo tanto, nunca se produjo selección ninguna hacia la mutación tolerante; su frecuencia es la normal esperada por azar.

En las culturas donde el consumo de leche y productos derivados ha sido habitual durante años la probabilidad de padecer esta afección es menor que en aquellos pueblos en donde, tradicionalmente, no se consumía leche, ya que en el caso del primer grupo la cantidad y la duración de la lactasa a lo largo de la vida de los individuos es mayor que en el segundo grupo cultural. Como resultado de esto, la prevalencia de la intolerancia de la lactosa a nivel mundial varía ampliamente dependiendo principalmente del origen étnico. Los grupos más afectados en poblaciones cosmopolitas son los africanos, indios, americanos y asiáticos, contrastando con la baja prevalencia que presentan los norteamericanos caucásicos y los europeos escandinavos:

* Suecos: 1 %
* Ingleses: 6 %
* Rusos: 15 %
* Españoles: 15 %
* Árabes: 80 %
* Esquimales: 83 %
* Mexicanos: 83 %
* Africanos centrales: 83 %
* Tailandeses: 98 %


En resumen: que algunos de nosotros toleremos beber leche de adultos es sólo una muestra más (de las innumerables) del largo camino evolutivo del ser humano. Se trata de uno de los pocos ejemplos bien fundamentados de evolución genética (relativamente) reciente en poblaciones humanas y pone de manifiesto las complejas interacciones entre genes y cultura.

Este asunto de la tolerancia a lactosa nos sugiere una serie de cosas. La primera es que la evolución de los humanos no parece que se haya detenido en los últimos 50.000 años. La segunda es cambios culturales (el invento de la ganadería) pueden propiciar cambios genéticos y que tales procesos pueden ocurrir en distintas poblaciones de forma independiente. No puede dejar de mencionarse que en algunas culturas con larga tradición ganadera (p.e. Asia Central) la intolerancia a lactosa es frecuente. Esto parece ir contra la hipótesis discutida, pero hay que tener en cuenta que el uso muchos productos lácteos (queso, yogur) no contienen lactosa (ya que ésta es consumida por los microorganismos durante su fabricación). En estas culturas ganaderas, un nuevo invento (el yogur) pudo anular la ventaja que tenían los individuos tolerantes.

¿Por qué hace daño el frío?

Es un hecho que cuando disminuye la temperatura se incrementan las enfermedades, pero ¿qué es lo que provoca que el frío dañe nuestra salud?

Estudios llevados a cabo en el Reino Unido muestran que por cada grado que cae la temperatura debajo de los 18ºC (grados centígrados) aumentan las muertes en cerca de 1,5%.

Las personas más vulnerables a estos cambios suelen ser los ancianos y las personas con sistemas inmunes comprometidos, pero todos podemos estar en riesgo.



Y no sólo se trata de resfriados o gripes. Cuando caen las temperaturas aumentan también los infartos y derrames cerebrales.

Esto se debe a que cuando el cuerpo se enfrenta al frío pierde calor más rápido que el que produce y los vasos sanguíneos de la piel se contraen para conservar el calor.

La composición de la sangre también cambia con el frío. El corazón tiene que trabajar con más fuerza para bombear la sangre a través de los vasos contraídos mientras que los cambios en la concentración sanguínea aumentan el riesgo de coágulos y de los problemas que provocan.

Riesgos cardíacos

Según la Federación Británica del Corazón "cada vez hay más evidencia que sugiere que los infartos están vinculados a las condiciones extremas de clima, especialmente a las temperaturas frías".

"Si usted tiene algún problema cardíaco y va a salir al clima frío debe evitar hacer esfuerzos repentinos, por ejemplo, ponerse a palear la nieve o a empujar un coche". "En clima extremadamente frío es mejor permanecer en el interior".

Otro riesgo de las temperaturas frías son las infecciones.

Si usted sale al exterior y siente frío en la parada del autobús no se provocará un resfriado. Pero las bajas temperaturas hacen a la gente más susceptible a cualquier virus que esté circulando en ese autobús.

El aire frío afecta la forma como el tracto respiratorio nos protege de enfermedades, ya que produce una mucosidad más densa y pegajosa que es menos efectiva para deshacerse de los patógenos intrusos, como los virus.

También hay evidencia que sugiere que infecciones como la influenza o gripe, son más capaces de atacar al máximo a la persona cuando hace frío.

Los científicos han descubierto que en temperaturas bajas el virus desarrolla una capa dura y flexible, una especie de recubrimiento robusto que incluso es resistente a los detergentes. Una vez que el virus entra al tracto respiratorio esta capa protectora se derrite para poder infectar con facilidad a su nuevo huésped.

Esta teoría podría explicar por qué los virus de la gripe parecen ser mucho más virulentos en los meses de invierno.

Los mayores

Pero son los ancianos los que a menudo sufren más cuando bajan las temperaturas.

Fisiológicamente, los vasos sanguíneos de estas personas son más susceptibles a la coagulación. Además son ellos quienes más utilizan el transporte público y a menudo están más aislados socialmente, lo cual hace más difícil detectar si sufren algún problema.

"Uno de los efectos del envejecimiento es que tu cuerpo es menos capaz de regular la temperatura" afirma Andrw Harrop, director de política de las organizaciones británicas de ayuda Age Concern y Help the Aged.

Tal como explicó a la BBC el doctor Gavin Donaldson, especialista en medicina respiratoria de la Universidad de Londres, "recientemente ha habido mucho interés en el clima cálido y el calentamiento global, pero en países como el Reino Unido estamos teniendo cada vez más días con temperaturas frías".

Los expertos afirman que es clave mantener la temperatura de nuestros hogares en entre 18ºC y 21ºC.

La hipotermia puede ser un riesgo cuando la temperatura en nuestra casa es menor a los 5ºC, pero si pasamos más de dos horas a 12ºC esto provocará un aumento en la presión arterial, lo cual a su vez incrementa el riesgo de un infarto o derrame cerebral.

Fuente

domingo, 13 de diciembre de 2009

El desplome del milagro irlandés y griego, dos países al borde de la bancarrota

Irlanda, junto con Grecia, lidera el déficit público de la zona euro, con tasas que superan el 10% del PIB. De este modo, la crisis de deuda ya no sólo amenaza a los países bálticos, que han tenido que recurrir a los préstamos de emergencia facilitados por la Comisión Europea (CE) y el FMI.

DÉFICIT PÚBLICO en % de PIB



DEUDA PÚBLICA en % del PIB



La crisis destroza el milagro irlandésIrlanda sufre el mayor cataclismo de su historia moderna, el tigre celta ha dejado de rugir y a ojos de un neófito en la materia, el estallido de la burbuja ha dejado a la vista lo que escondía bajo la alfombra el gran ejemplo neoliberal de principios de siglo: una gran desigualdad social, un estado anoréxico que delegó casi todas sus responsabilidades en manos privadas y una avaricia colectiva que no ha permitido aprovechar la ola buena para acabar con algunos de los problemas estructurales de un país que a lo largo de casi toda su historia ha sido pobre.


Irlanda fue el primer país de la eurozona en caer oficialmente en recesión. En el último trimestre del 2008 su economía se desplomó un 7,5% (la previsión es que este año lo haga más de un 9%), cuando hace apenas dos años crecía con soltura por encima del 6%. El país, que tiene 4,2 millones de habitantes, podría cerrar el ejercicio con medio millón de parados (una tasa del 17%, frente al 4,5% de hace solo dos años, cifra inasumible para un sistema social adelgazado al máximo en las últimas décadas). Los precios caen sin control desde enero y se prevé una deflación para este año de hasta el 6%.

Los tres grandes bancos del país han tenido que ser rescatados por el Gobierno, salpicados por graves escándalos de maquillaje contable y enriquecimiento sospechoso de sus directivos. Su caída se ha llevado por delante los planes de pensiones de medio país, que ve su futuro condenado a una paga de jubilación de 800 euros, después de que en los buenos tiempos el Gobierno decidiera reducir a la mitad las cotizaciones a la Seguridad Social. Ha subido el IVA, baja el salario mínimo y despedirá a 24.000 funcionarios, medidas que forman parte del amplio plan de austeridad diseñado para ahorrar 15.000 millones de euros hasta 2014, uno de los requisitos que han solicitado la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

Este deterioro sin precedentes tiene, al margen del conocido problema mundial, dos causas específicas: un estallido de la burbuja inmobiliaria muy similar al que sufrimos en España y una fuga de las multinacionales.

El actual Ejecutivo, aprobó a mediados de abril la cuarta revisión de sus cuentas públicas. Se trata, según el ministro de Finanzas, el debutante Brian Lenihan, de unos «presupuestos de emergencia» con los que Irlanda afronta «uno de los mayores desafíos de su historia». Básicamente consisten en subir los impuestos y recortar el gasto público. Eso sí, las empresas seguirán pagando el 12,5% de sociedades (el tipo más bajo de Europa), que se mantiene como bandera de los tiempos en los que las multinacionales se daban codazos por aterrizar en el país.

Los recortes se han llevado por delante la sanidad universal gratuita para los mayores de 70 años (una novedad aplicada solo desde el 2002). Los funcionarios podrán empezar a jubilarse a partir de los 50 años, mientras que todos los cargos públicos reducirán su sueldo un 10% (en el sector privado los trabajadores ya están aceptando recortes de hasta el 7%).

La revista The Economist se refirió en el 2004 al tigre celta como «el mejor país para vivir del planeta». En 1973, cuando entró en la UE, el vecino celta era el socio más pobre, con una renta que apenas llegaba al 40% de la media, un paro del 20% y con la mitad de población que en el siglo XIX (único caso en el mundo desarrollado). En la década de los noventa creció a un 9% de media (iniciado el nuevo siglo, se mantuvo por encima del 7%). El resultado del milagro irlandés fue que a mediados del 2007, cuando se produjo el batacazo de las subprime, en Wall Street, el país era el quinto más rico del mundo (según el FMI), su renta superaba en un 140% a la media de la UE, la productividad de sus trabajadores cuadriplicaba a la de los socios comunitarios, y era el mayor exportador de software del planeta, tras superar a EE.UU.

Las claves del éxito son conocidas: en 1987, Gobierno, oposición, empresarios y sindicatos firmaron el Plan de Desarrollo Nacional, que garantizaba que el 13% del gasto público siempre iría destinado a educación (dos decenios después, el 90% de los chavales acaban secundaria). Bruselas apuntaló el despegue con euros (40.000 millones de transferencias directas desde 1973, la mitad de lo recibido desde 1986 por España, que tiene diez veces más habitantes). El siguiente paso fue reducir el impuesto de sociedades. Multinacionales de todo el mundo han colocado la sede europea de sus empresas en Dublín porque el impuesto de sociedades sólo es del 12,5%. En Alemania, está cerca del 30% y en el Reino Unido es del 28%.

La educación de los jóvenes (el 40% de la población), los bajos salarios, el idioma de Shakespeare, los vínculos con EE.UU. y el calentamiento de la economía global hicieron el resto. Entre 1997 y el 2006 entraron en el país 88.000 millones de dólares de inversión extranjera. Quinientas multinacionales, la mayoría norteamericanas, utilizaron la isla esmeralda para entrar en el mercado europeo, una suculenta tarta de 480 millones de consumidores. Pero buena parte del milagro irlandés no existía, simplemente crearon un filoparaiso fiscal en plena Europa, por eso se instalaron allí tantas empresas.

«Venían muchos jóvenes de Londres, ingenieros, economistas. Aquí ganaban más, y Dublín, aunque se puso muy cara, seguía siendo una ciudad más barata>, explica Roman Pholan, asistente de los laboristas en el Parlamento irlandés. Desde 1992 retornaron 320.000 emigrantes. Este año, por primera vez volverán a ser más los irlandeses que abandonan el país que los inmigrantes que llegan de fuera. El panorama por ejemplo entre los jóvenes universitarios es desolador: se plantean la emigración a Reino Unido, Canadá, Nueva Zelanda, o Australia como única salida.

A principios de noviembre del 2010, el agujero de los bancos irlandeses es más grande que toda la economía del país, y el estado irlandés nunca será capaz de salvarlos. Necesita ser rescatado de la bancarrota.

Irlanda, al contrario que Grecia, no es víctima de una clase política con unas prácticas contables insostenibles. Los irlandeses son víctimas de un sistema bancario totalmente fuera de control y sin regulación alguna, que se lleva a un país por delante. Los bancos irlandeses, que dependen más que nadie de dinero de fuera del país, y que habían pedido cantidades desorbitadas de dinero a todo el mundo, no pueden renovar sus créditos ya que nadie presta dinero a nadie.

La "aportación" del euro al escenario irlandés, sin embargo, no es menos cruel que en Grecia: Islandia podía devaluar su moneda y declararse en bancarrota. Los irlandeses no pueden salir del problema hundiendo su divisa y haciendo que sus deudas pierdan valor. Tampoco pueden dejar de pagar, ya que eso se cargaría medio sector bancario alemán y francés (que en su momento optaron por inyectar infinidad de dinero en Irlanda), y la confianza en la eurozona.


Grecia, primer país de la zona euro al borde de la "quiebra"Por el momento, el Gobierno griego ya ha reconocido la delicada situación de sus cuentas. Tras admitir que su déficit público superará el 12% del PIB en 2009, el recién elegido presidente socialista, George Papandreou, reconocía abiertamente hace escasos días que "necesitamos salvar al país de la quiebra". Su déficit por cuenta corriente alcanzó el 14,5% del PIB en 2008, acumulando en total una deuda exterior del 144% del PIB, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). ¿Sus acreedores? Sobre todo, la banca germana, con una exposición próxima a los 200.000 millones de euros.


Para poder mantener más o menos a raya la inmensa deuda de los helenos, cifrada esta semana en 300.000 millones de euros, a los griegos les espera ahora «una tormenta de impuestos y ahorros». Con un endeudamiento estatal del 12,7% del PIB, Grecia viola como ningún otro país de la UE las disposiciones del pacto de estabilidad. Se van congelar los salarios de los funcionarios estatales durante al menos tres años. Por cada 50 funcionarios que se jubilen, serán contratados solo 15 nuevos. Los inmuebles de más de más de 200 metros cuadrados se gravarán con una tasa extraordinaria. Además, se aumentarán drásticamente los impuestos para el tabaco, las bebidas alcohólicas y el carburante. «La cosa estaba podrida y era falsa desde el principio», comenta el experto fiscal Nikolaos Wroussis, para quien los gobernantes de Grecia han conducido al país paso a paso hasta el precipicio de la bancarrota.

Ahora, las cajas de las pensiones están vacías y Atenas tiene que pedir dinero prestado para pagar a los jubilados. Con la entrada del país en la UE y una lluvia de millones en forma de subvenciones cayó sobre el pequeño país mediterráneo. Pero ese dinero no fue a parar a inversiones de cara al futuro, sino que se transformó en subvenciones para el consumo directo a agricultores o se empleó para pagar a los funcionarios. A todo esto se suma una corrupción jamás vista en el país. Lo peor es que el soborno es omnipresente: el que quiera ser operado en un hospital estatal tiene que contar con que tendrá que pagar una cierta suma a los médicos, pues, de otra forma, tendrá que esperar durante meses en la cola. Se estima que 2/3 de los médicos que viven de sus consultas privadas en Grecia declaran 12.000 euros brutos o menos de ganancias anuales.

Cuando el médico a su vez lleva el coche a reparar, entonces es considerado un cliente rico y paga por lo tanto una reparación más cara. Ambos, tanto el médico como el propietario del garaje, no pagan impuestos y el Estado pide más créditos para sufragar los hospitales. «Tenemos que combatir la corrupción o acabará con nosotros», dijo el primer ministro Giorgos Papandreu en una declaración televisada.

La economía sumergida de Grecia, en las estimaciones más optimistas, está entre el 30-40%. Obtener un recibo o factura en un bar o un restaurante en Grecia es una hazaña digna de Hércules, pues todos los negocios, todo el mundo, evade impuestos, hasta en las cantidades más ridículas de dinero. Y al igual que esos, muchos otros ejemplos...


Para los empleados públicos, la pensión establecida es del 92% de sus ingresos en el momento de jubilarse. No hay nada igual en ningún país del mundo. El salario medio en el sector público griego triplica el salario medio en el sector privado, teniendo garantizado el empleo de por vida, por supuesto. No hay virtualmente nadie en el país que no aspire a un puesto en las administraciones públicas

Y al mismo tiempo aumenta el enfado de las generaciones que vienen, pues uno de cada cuatro jóvenes no tiene trabajo. Y el que tiene un puesto trabajo gana en su mayoría unos 700 euros, por lo que aquellos que quieren tener familia propia siguen soñando con ella.

Lo cierto es que la situación a la que se enfrentan los griegos es dramática, pues se tata de un amargo despertar de un largo sueño en que sus propios políticos, por intereses puramente electoralistas, cortoplacistas, clientelistas y personales, los han mantenido alejados de la realidad; de tal forma que, de hecho, los griegos han llegado a pensar que la capacidad de un Estado de proveer bienestar no tiene nada que ver con la capacidad de la economía privada de generar riqueza ni con el pago de impuestos.

martes, 8 de diciembre de 2009

España es el sexto país de la OCDE con mayor esperanza de vida



El informe titulado Panorama de la salud 2009 de la OCDE, arroja un dato revelador: España ocupa la sexta posición en esperanza de vida de un grupo de 31 países entre los que se cuentan los estados más ricos e industrializados del planeta.




El estudio, que utiliza datos de 2006, especifica que los españoles viven ahora, de media, 81.0 años, por detrás de Japón, Suiza, Australia, Italia e Islandia. Si esta cifra se desglosa por sexos, las mujeres españolas, con 84,3 años de media, sólo son superadas por las japonesas, las suizas y las francesas. Los hombres españoles viven 77,8 años. La media de esperanza de vida de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico es de 81,9 años para las mujeres y 76,3 para los hombres.



A la hora de comprar países desarrollados, no siempre la renta nacional se traduce en una mayor esperanza de vida. Esto no es automático y tiene que ver con otros factores. En el informe de la OCDE Japón y España, por ejemplo, aparecen como países cuya esperanza de vida es superior a los niveles de renta que presentan y Estados Unidos, Dinamarca y Hungría experimentan el fenómeno contrario.

El informe también analiza las causas de fallecimiento y algunas enfermedades: el cáncer es la segunda causa de muerte en los países de la OCDE (la primera corresponde a las enfermedades del sistema circulatorio). En España, las mujeres se encuentran por debajo de la media de la OCDE a la hora de morir de cáncer. Los hombres, por encima. "Esto se debe, seguramente, al tabaquismo y al empleo del alcohol, superior en los hombres. También a que los hombres se revisan menos".

La esperanza de vida al nacer es una estimación del promedio de años que viviría un grupo de personas nacidas el mismo año si los movimientos en la tasa de mortalidad de la región evaluada se mantuvieran constantes. Es uno de los indicadores de la calidad de vida más comunes, aunque resulta difícil de medir. El incremento de la esperanza de vida ha sufrido un enorme incremento en los dos últimos siglos merced principalmente a los avances médicos y el control de la mortalidad infantil.



Pese a todo, está muy extendida la creencia errónea de que la esperanza de vida al nacer corresponde con la edad de senectud: por ejemplo, se oye muchas veces que, en la prehistoria, los seres humanos eran ancianos a la edad de 30 o 40 años. Esto es totalmente falso. Una esperanza de vida de 40 años puede significar, por ejemplo, simplificando muchísimo, que la mitad de la población muere al nacer o en su primer año de vida (cosa bastante razonable en la prehistoria) y la otra mitad a los 80 años de edad.


Por ejemplo la esperanza media de vida en la Edad Media era de unos 35 años, pero tendemos a pasar por alto una palabra muy importante allí: promedio. La mortalidad infantil era brutal, ya que las vacunas las contra enfermedades infantiles aún no existían y la medicina se encontraba todavía en sus comienzos. La realidad es que si un varón entre el año 1200 y 1800 alcanzaba los 20 años, la estadística indicaba que viviría entre 40 y 50 años más a partir de ese punto.


Algo similar observamos que ocurría en la época del Imperio Romano



Por completar el informe comentar que la esperanza de vida actual de otros países no pertenecientes a la OCDE es la siguiente:

PAIS Promedio Hombres Mujeres
Cuba 77.45 75.19 79.85
Chile 77.34 74.07 80.77
Argentina 76.56 73.32 79.97
Uruguay 76.35 73.1 79.72
Mexico 76.06 73.25 79
Ecuador 75.3 72.37 78.37
Algeria 74.02 72.35 75.77
Serbia 73.9 71.09 76.89
Venezuela 73.61 70.54 76.83
Bulgaria 73.09 69.48 76.91
Colombia 72.81 68.98 76.76
Romania 72.45 68.95 76.16
Egypt 72.12 69.56 74.81
Brazil 71.99 68.43 75.73
Morocco 71.8 69.42 74.3
Iran 71.14 69.65 72.72
Indonesia 70.76 68.26 73.38
Peru 70.74 68.33 73.88
India 69.89 67.46 72.61
Ukraine 68.25 62.37 74.5
Bolivia 66.89 64.2 69.72
Russia 66.03 59.33 73.14
Ghana 59.85 58.98 60.75
Kenya 57.86 57.49 58.24
Ethiopia 55.41 52.92 57.97
Cameroon 53.69 52.89 54.52
South Africa 48.98 49.81 48.13
Afghanistan 44.64 44.47 44.81
Angola 38.2 37.24 39.22


¿En qué países se vive más tiempo desde la edad de jubilación?






Fuente: Elaboración propia, elpais, oecdilibrary, Wikipedia

¿Cuáles son las carreras con menos aprobados?

La suma de la motivación del alumnado, la dureza de los estudios, el nivel de exigencia y, por supuesto, la calidad de la enseñanza dan como resultado el porcentaje de aprobados al año en una carrera.

La media general de aprobados de los universitarios españoles es del 61% de los créditos matriculados (se puede decir que los alumnos van a medio curso por año, ya que no se suelen matricular del cursos completo), pero los extremos van desde el 45% en la carrera de Ingeniería Técnica Informática, hasta el 84% de aprobados en la carrera de Enfermería, según los últimos datos, de 2008, de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas.



Precisamente no es que los primeros de la lista estén las carreras más fáciles, como cabría pensar, sino las que que tienen un componente vocacional más fuerte. Así, Fisioterapia, Medicina y Maestro de Educación infantil siguen a Enfermería en la lista.

Destacan en el lado negativo las ingenierías, a nadie se le escapa que el nivel de exigencia se mantiene deliberadamente (para muchos, exageradamente) muy alto en las enseñanzas técnicas.

Tasa de éxito

Quizás la métrica que mejor defina el grado de dificultad de una carrera sea la tasa de éxito, es decir, el porcentaje de aprobados entre alumnos evaluados, en este sentido y basándome en el estudio y los datos aportados por la CRUE he obtenido los siguientes resultados acerca de la titulaciones españolas con mayor número de alumnos matriculados:

Tasa de éxito por titulación
************************

Bellas Artes 93%
Magisterio 89%
Enfermería 88%
Medicina 88%
Periodismo 88%
Fisioterapia 86%
Sociología 86%
Historia 85%
Trabajo Social 82%
Psicología 81%
Veterinaria 80%
Filología Inglesa 80%
Matemáticas 78%
Derecho 78%
Biología 78%
Farmacia 77%
Química 77%
Física 77%
Ing. Químico 77%
Turismo 76%
Arquitectura 76%
ADE 75%
Economía 73%
Ing. Informática 70%
Empresariales 69%
Ing. Telecomunicación 68%
Ing. Industrial 66%
Ing. Tec. Industrial 65%
Ing. Tec. Informática 63%




Fuentes: Elaboración propia, CRUE, elpais

lunes, 7 de diciembre de 2009

El árbol genealógico humano

¿Es posible que los 6.000 millones de personas que hoy pueblan el planeta sean los descendientes directos de tan sólo 10.000 individuos que hace 60.000 años vivían en África? ¿Puede ser cierto que la población nativa de América descienda de un grupo de tan sólo 10 o 20 personas con la valentía suficiente como para cruzar el estrecho de Bering poco antes de la era glacial?

Spencer Wells, director del proyecto "Genographic", impulsado por la National Geographic Society, y biólogo molecular de profesión, ha recorrido el mundo durante un año en busca de poblaciones indígenas remotas, como los bosquimanos del Kalahari o los chuchis de Siberia. Gracias a ello, y en colaboración con sus colegas, ha trazado un mapa genético mundial en el que se ha dibujado una línea de descendencia de 2.000 generaciones y del que se han podido extraer sorprendentes conclusiones

Ciencia - El arbol genealogico humano



Fuente

Proyecto "Genographic"

Hombres, mujeres, aptitud numérica y estereotipos de género



Las chicas ya son mayoría en casi cualquier tipo de carrera universitaria: 63% en las carreras de Ciencias Sociales y Jurídicas; 64% en Humanidades; 59% en Ciencias Experimentales, y 74% en ciencias de la salud. La excepción es por ello más llamativa que nunca: las ingenierías y demás carreras técnicas, donde las chicas no pasan del 27%. Estas cifras españolas son similares a las del resto de países desarrollados, y se han interpretado tradicionalmente como una consecuencia de la menor aptitud de las mujeres para las matemáticas.



Ninguna mujer hasta la fecha ha ganado una medalla Fields -considerada como el 'Nobel' de las Matemáticas-. Un dato que podría corroborar la extendida creencia de que las chicas son menos capaces para las cuestiones numéricas que los hombres. Sin embargo, un nuevo trabajo concluye que esta idea es falsa y que no existe ningún motivo biológico que haga a las mujeres peores en matemáticas.



El último macroestudio dirigido por la psicóloga Janet Hyde, de la Universidad de Wisconsin (EE UU), acaba de presentarse en Science, y viene a unirse a otros trabajos recientes que también cuestionan la supuesta superioridad masculina en esa disciplina.

Hyde y sus colegas han analizado los resultados en test estandarizados de matemáticas obtenidos por más de siete millones de estudiantes de 10 estados norteamericanos. Pertenecían a los cursos 2º a 11º, que cubren casi toda la enseñanza primaria y secundaria. La conclusión es que las diferencias entre géneros son estadísticamente irrelevantes.

"Simplemente, ya no existen diferencias de género en el rendimiento matemático", dice Hyde. "De modo que los padres y los profesores tienen que revisar sus ideas al respecto".

La menor aptitud media de las chicas para las matemáticas es la razón que se suele aducir para que la escasez de mujeres en las carreras de Ingeniería, Tecnología y Ciencias Exactas, un fenómeno que afecta de modo similar a todos los países desarrollados. Pero los últimos datos descartan esa explicación. ¿A qué se debe entonces el fuerte sesgo de género en estas carreras?



Una razón podría ser que los rasgos psicológicos suelen mostrar en los hombres una dispersión poblacional mucho mayor que en las mujeres. Para cada rasgo, las mujeres se agrupan en una campana de Gauss bastante cerrada en torno a la media, y los hombres forman una campana más amplia. Es decir que había más deficientes mentales en el sexo masculino (CI por debajo de 70), y también más talentos (con CI mayor que 130). Este fenómeno se denomina “hipótesis de la variabilidad” e investigaciones recientes (Andrés Pueyo 1997) confirman que si bien en los valores centrales de las puntuaciones de CI las diferencias entre hombres y mujeres apenas existen, sí aumentan en los extremos de la distribución (infradotados y genios). Por el contrario, las mujeres se agruparían más en torno a la media, lo que implica que exitirían menos casos de superdotación y también menos casos de retraso.

La explicación parece estar en que gran parte del componente intelectual de los individuos está ligado al cromosoma X, la probabilidad de heredar el cromosoma X en el hombre se ve disminuida a una (XY); en tanto que en las mujeres puede suceder una combinación de dos probabilidades (XX) llegándose a promediar un cromosoma X inteligente con un cromosoma X no inteligente dando como resultado una inteligencia más armonizada.

Horst Hameister, investigador de la Universidad de Ulm en Alemania, argumenta que en la media femenina existe una ventaja pero hay más variabilidad en la población masculina diciendo lo siguiente:

“Las mujeres tienden a ser mejores en general en las pruebas de cociente intelectual, que en promedio están en alrededor de 100 puntos, mientras que los hombres tienen un promedio de 99 puntos”..... “Además, más hombres tienen retrasos mentales. Pero cuando usted mira en los cocientes intelectuales de 135 puntos o más, verá más hombres que mujeres”.

Es decir, la inteligencia media de hombres y mujeres es aproximadamente la misma, pues es una extracción de cromosomas X de una misma masa genética mundial. Pero la dispersión de la inteligencia es mayor en los varones, mientras que en las mujeres, presenta valores más aproximados a la media.

En un caso muy simplista, y para su compresión, se puede ejemplicar un matrimonio “equilibrado” donde hombre y mujer tienen ambos una inteligencia de 5 puntos sobre 10. El hombre tiene un gen de inteligencia con valor necesariamente 5. La mujer, por ejemplo, podría tener dos genes con valores 3 y 7, en sus dos cromosomas X, por lo que tendría en promedio una inteligencia de 5 puntos. Supóngase que tienen cuatro hijos; 2 niños y 2 niñas. Si los cromosomas X de la madre se reparten por igual, se tendría:

* Niño 1: cromosoma X de la madre de 7 puntos.
* Niña 1: cromosoma X de la madre de 7 puntos más cromosoma X del padre de 5 puntos. Inteligencia promedio 6.
* Niña 2: cromosoma X de la madre de 3 puntos más cromosoma X del padre de 5 puntos. Inteligencia promedio 4.
* Niño 2: cromosoma X de la madre de 3 puntos.

Los cuatro hermanos tienen inteligencias distintas, aun cuando los padres sean iguales a 5, y además los niños quedarán en los extremos y las niñas en el centro.



De todos modos y aunque no se ha alcanzado consenso entre los especialistas en relación con la naturaleza de estos resultados. Para el caso que nos ocupa, esto debería implicar que los extremos de la distribución -los más torpes y los más hábiles en matemáticas- están ocupados sobre todo por hombres. Si las ingenierías se nutrieran sólo de los estudiantes extremadamente hábiles, quedaría explicado el sesgo de género en esas carreras.

Los investigadores de Wisconsin han examinado esta posibilidad. Entre el 5% de los estudiantes con mejores resultados, hay 1,5 chicos por cada chica. Y la cifra sube a dos chicos por chica si sólo se considera al mejor 1% de los estudiantes.

Esto confirma la hipótesis de la mayor variabilidad masculina, pero no resuelve el misterio del sesgo en las carreras: incluso si las ingenierías sólo se nutrieran del 1% mejor de los estudiantes, la razón de dos chicos por chica significaría un 67% de alumnos y un 33% de alumnas en la carrera. Y la realidad es que en EE UU sólo hay un 15% de alumnas en las ingenierías.

La conclusión es que el sesgo de género en las carreras técnicas no se debe a la supuesta inferioridad femenina para las matemáticas. Algunos datos anteriores ya apuntaban a ello: si se selecciona un grupo de chicas y chicos con igual aptitud matemática, los chicos siguen eligiendo carreras técnicas mucho más que las chicas. El problema, por tanto, parece relacionarse menos con el talento que con la motivación y otros factores psicosociales.

Un reciente estudio dirigido por la psicóloga social Mercedes López Sáez, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y financiado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, analiza precisamente la influencia de esos factores psicosociales en el desequilibrio de las matriculaciones. Un desequilibrio que empieza a gestarse en la elección de modalidad (artes, humanidades y ciencias sociales, ciencias de la naturaleza y de la salud, o tecnología) que las chicas eligen en el bachillerato.


La mayoría de las chicas (55%) eligen la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales; otro 36% prefiere la de Ciencias de la Naturaleza y de la Salud; el 5% se matricula en la de Artes; y sólo el 4% elige la modalidad de Tecnología. Los prejuicios aparecen más instalados aún entre los propios estudiantes, donde "persisten fuertes estereotipos de género asociados a cada especialidad". Mientras que ven humanidades y ciencias sociales como una rama masculina y femenina por igual, sitúan tecnología siempre como una rama masculina. "Claramente", concluyen los autores, "la elección del bachillerato tecnológico de las chicas no se encuentra en este momento reforzada por el entorno social del grupo de pares".

Los estereotipos de los adolescentes (4º curso de ESO) tampoco ofrecen un cuadro muy luminoso: "Los adolescentes creen que la chica más femenina es la de ciencias naturales y de la salud, seguida de la de humanidades y ciencias sociales, siendo la chica del bachillerato tecnológico la considerada menos femenina". Inversamente, "en atribución de masculinidad a los chicos, la mayor puntuación la otorgan al chico del bachillerato tecnológico, seguido del de humanidades y ciencias sociales y del de ciencias naturales y de la salud".

El test para detectar las asociaciones implícitas que establecen los adolescentes ofrece el siguiente resultado: "Las actitudes implícitas hacia las mujeres médicas son más positivas que hacia las mujeres ingenieras; las actitudes implícitas hacia los hombres ingenieros son más positivas que hacia los hombres médicos; las actitudes hacia las mujeres médicas son más positivas que hacia los hombres médicos; y las actitudes hacia los hombres ingenieros son más positivas que hacia las mujeres ingenieras".


Otro estudio realizado en Italia entre 1985 y 2005 parece confirmar esta teoría, el estudio realizado a 30.000 estudiantes evaluaba tipo de escuela, la nota del equivalente a Selectividad en España, el tipo de bachiller escogido, el tipo de carrera escogida por los individuos que han optado por la universidad, los años transcurridos en finalizar los estudios,  así como la nota media final de los estudios universitarios.

Los autores concluyen que la elección de área de conocimiento por parte de las mujeres de su muestra viene claramente dictada por diferencias en preferencias y no en habilidades. Las diferencias en preferencias pueden provenir de simples diferencias en “gustos” por las materias  que se imparten en los diferentes estudios, y/o por la consideración de aspectos profesionales que pueden relacionarse con el tipo de trabajo posterior más allá de los salarios – ya que los mayores salarios se obtienen en las profesiones relacionadas con la Ingeniería y las Matemáticas.

Fuente