La miel es el único alimento que no se pudre, esto es debido a la gran concentración de azúcar que contiene. Dicha concentración mata al 99.9% de las bacterias vía plasmolisis -a groso modo la plasmolisis es un fenómeno osmótico por el cual el agua que está dentro de la célula bacterial es extraída “secando” la bacteria-.
Tan eficiente es este proceso que los tarros de miel encontrados en tumbas Egipcias de 4000 años de antigüedad resultaron ser perfectamente comestibles.
El efecto preservante de la miel se debe a su baja concentración de agua y es idéntico al que permite la prolongada conservación de los dulces y de las frutas en almíbar donde el alto contenido en azúcar disminuye el contenido de agua.
Los traslados de cuerpos humanos en la antigüedad se hacían sumergidos en miel; por ejemplo Alejandro Magno fue trasladado desde Babilonia hasta Alejandría en Egipto en el 323 a. C. y el de Agesilao II, rey de Esparta, desde Egipto hasta su ciudad natal en el 360 a. C., utilizándose miel para evitar la descomposición.
La miel es conocida y utilizada por la humanidad desde hace miles de años. Ya desde las crónicas de Gilgamesh el Inmortal, el Rey Uruk Babilónico que supuestamente vivió cientos de años, se menciona la miel como un manjar digno de los Dioses, tan digno que “El regalo de la miel es similar a la vida eterna del Gran Uruk”. Los Sumerios, los Egipcios y varios pueblos la utilizaban y guardaban sus recetas privadas con gran celosía. En Roma algunas mujeres bañaban su piel en miel y leche para mejorar su tonicidad.
La química de la miel, principalmente su cantidad de azúcares, la hace una excelente fuente de energía rápida. Hoy en día son muchos los atletas que consumen miel antes de un torneo, e incluso varias bebidas deportivas la utilizan. Los guerreros de la antigüedad no sabían el por qué pero si conocían sus efectos, por lo que era muy normal que varios guerreros griegos consumieran miel antes de una batalla.
Curiosamente con sólo con una pequeña muestra de miel se puede detectar el lugar exacto del mundo donde fue producida y hasta el año. Dicha ciencia es muy utilizada en criminología y se denomina melisopalinologia, ya que no sólo estudia la miel sino los granos de polen. Gran cantidad de crímenes fueron resueltos deduciendo el lugar de origen del criminal en base al polen que dejó como evidencia en la escena del crimen.
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