Son jóvenes altamente cualificados -médicos, biólogos, arquitectos, ingenieros o informáticos- que intentan escapar al paro, obtener un salario atractivo y fincar un equilibrio entre vida y trabajo.
Según los datos del censo electoral de españoles residentes en el extranjero (CERA), el número de españoles que viven en el exterior se ha incrementado en 118.145 personas.
El fenómeno comienza a inquietar a los demógrafos, pero también a los expertos en recursos humanos, que identifican en esta tendencia una nueva oleada de ‘fuga de cerebros’. Y es que el número de demandantes de empleo para trabajar en el extranjero se duplicó entre abril de 2008 y el mismo mes de 2010.
Los españoles que abandonan su tierra en el siglo XXI poco tienen que ver con el perfil de sus abuelos, una generación que también protagonizó una importante oleada migratoria.
Hoy, quienes hacen maletas son investigadores, médicos, biólogos, ingenieros, arquitectos o informáticos, entre otros profesionales.
“El número de demandantes de empleo para trabajar fuera de nuestro país se duplicó en dos años. Cifras que sorprenden considerando que los españoles no han sido, históricamente, una población propensa a la movilidad geográfica”, cita Adecco.
Una condición que ha cambiado radicalmente a partir de la crisis porque, según Adecco, uno de cada dos españoles estaría dispuesto a analizar la posibilidad de dejar España a cambio de un empleo con una remuneración semejante, o incluso ligeramente inferior a la que podría tener en su país.
“Quedaron atrás los tiempos en los que era difícil encontrar gente dispuesta a aventurarse más allá de sus fronteras”, señala Adecco. Y la mayoría de españoles que se han mudado a otro país durante los últimos dos años lo ha hecho para trabajar, o para acompañar a algún familiar que ha cruzado la frontera por razones laborales.
El Departamento de Movilidad Internacional de Adecco afirma que los emigrantes españoles del presente responden a un perfil claro, tienen entre 25 y 35 años y un elevado nivel de calificación, lo que responde al patrón que los sociólogos llaman de ‘migración selectiva’ o ‘fuga de cerebros’.
Con frecuencia se trata de personas que aún no poseen responsabilidades familiares. Si son varones, buscan hacer una carrera atractiva en la empresa en la que se coloquen. Si son mujeres, buscan en el extranjero el ambiente propicio para el equilibrio entre la vida personal y laboral, “una prioridad que tiene más peso en otros países de Europa que en España”. La tendencia está en marcha, y la perspectiva económica de España –aún en recesión y con una tasa de paro superior al 20% - no hará sino acentuarla en los meses por venir.
En España hay actualmente alrededor de 670.000 profesionales relacionados con la ingeniería superior, la ingeniería técnica y la arquitectura superior y técnica. A ello hay que sumar la hornada de futuros profesionales que se están formando en la universidad: un 14% de los 1,3 millones de alumnos matriculados en las universidades españolas durante el curso 2008-2009 estudian arquitectura e ingenierías técnicas, mientras que otro 10% lo hacen en arquitectura e ingeniería superior.
Las cifras contrastan con el derrumbamiento del número de ofertas de empleo destinadas a estos profesionales, en buena parte debido a la crisis que ha sacudido el sector de la construcción. Así, según datos de Adecco, entre el primer semestre de 2009 y el primer semestre de 2010, la oferta de empleo cualificado en el sector de la ingeniería cayó un 50%. Las titulaciones de arquitectura e ingeniería relacionadas directamente con el sector de la construcción han pasado de constituir el 17,56% del total en 2009 al 8% actual. Entre enero y noviembre de 2010, la licitación por parte de la Administración central descendió un 42% respecto al mismo periodo del año anterior.
Todo ello está generando que muchos de los profesionales del sector hayan comenzado a mirar al exterior en busca de oportunidades de trabajo. Como explica el informe de Tecniberia, que se remite a datos del departamento de movilidad internacional de Adecco, "los sectores más demandados para trabajar en el extranjero también han sido alterados como consecuencia de la coyuntura económica". Así, antes de la crisis los puestos de trabajo que más ocupaban los españoles en el extranjero estaban relacionados "con la investigación, la medicina y la biología". En la actualidad, esa lista "se ha ampliado considerablemente e incluye a ingenieros, arquitectos e informáticos que han perdido su empleo o consideran que su trabajo será más valorado fuera de España" que dentro de ella.
A DÓNDE SE MUDAN...
Históricamente, la migración de españoles se ha dirigido hacia los países vecinos de la Unión Europea. Los destinos más demandados han sido Alemania, Francia, Italia y Reino Unido. Y del otro lado del Atlántico, Estados Unidos.
El perfil del demandante de empleo en el extranjero es un hombres de entre 25 y 35 años, altamente cualificado y provenientes de las ramas de ingeniería, arquitectura o informática.
Y es que los sectores más demandados para trabajar en el extranjero también han cambiado como consecuencia de la crisis, y si antes estaban relacionados con la investigación, la medicina o la biología, actualmente la lista se ha ampliado a las ramas de ingeniería o informática.
El continente europeo y EEUU siguen siendo los destinos más solicitados por los trabajadores que buscan empleo en el extranjero, sobre todo Portugal, que alberga a un importante colectivo de médicos y enfermeros españoles.
Sin embargo, los países escandinavos, Noruega y Suecia a la cabeza, comienzan a ser muy demandados en la búsqueda de una nueva alternativa profesional, ya las peticiones de empleo hacia estos mercados se han triplicado en los últimos dos años.
En el caso de las ciencias sociales (sociología, antropología, etc.) los movimientos se dirigen cada vez más hacia países en vías de desarrollo, con Latinoamérica como protagonista.
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