domingo, 24 de enero de 2010

Los jóvenes españoles se van de casa rozando la treintena


  • Los jóvenes españoles se emancipan de media a los 29,3 años
  • La edad de emancipación española está en la liga de Portugal, Grecia e Italia
  • En Francia, Alemania, Holanda o Reino Unido lo hacen con menos de 25 años

El 1 de junio de 2009 había en la Unión Europea 95 millones de jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y 29 años, casi una quinta parte de la población de los Veintisiete, según el informe de Eurostat 'Retrato estadístico del estilo de vida de los jóvenes'.



Rozar la treintena para irse de casa es 'normal' en parte de los países de la Unión Europea, salvo si se vive en las 'locomotoras' económicas: Alemania (entre 24 y 25 años), Holanda, Reino Unido y Francia (entre 23 y 24) y Finlandia (entre 22 y 23), son países donde parece ser más fácil emanciparse.

Así, España juega en la liguilla de los treinta, como Portugal (28-29 años), Italia (entre 29,5 y 30,9 años), Polonia (28,4-29,6 años).

En los siguientes gráficos podemos observar las diferencias entre los diferentes países europeos:









Y en el caso de los estudiantes universitarios la diferencia se hace especialmente apreciable en comparativa con otros países europeos. Siete de 10 diez universitarios españoles (e italianos) viven con sus padres, lo que les distingue de sus homólogos suecos (menos del 10% vive en el hogar familiar), y también de alemanes, británicos y franceses.



Fuera de las fronteras europeas también vemos como por ejemplo Estados Unidos se mueve en cifras similares a las de Alemania o Reino Unido.



LAS MUJERES, ANTES


Por otra parte, las mujeres se independizan antes que los hombres en todos los Estados miembros.

Las chicas españolas se independizan unos dos años antes que los varones

La edad promedio de emancipación de las mujeres españolas se sitúa a los 28,2 años, mientras que en los varones se retrasa hasta los 30. Este retraso en la edad de independencia de los jóvenes españoles de su hogar de origen se debe a las dificultades que encuentran para establecerse y al cambio en las relaciones familiares.

La transición de la juventud a la vida adulta se descompone en tres etapas fundamentales: el paso de estudiante al mundo laboral (inserción laboral), de miembro dependiente del hogar a persona de referencia del mismo (emancipación residencial) y de posición exclusiva de hijo o hija a la de padre o madre (formación familiar). Los resultados demuestran que la edad en la que los cambios de estatus son más intensos se ha desplazado de manera importante – con seis años de retraso - entre 1981 y 2001, esta demora la han sufrido de manera paralela ambos sexos. En 1981, la edad del proceso completo de emancipación era, de media en España, a los 22 años en mujeres y a los 24 en varones, mientras que en 2001 pasó a los 28 y 30 años, respectivamente, unas edades, en comparación con otros contextos geográficos fuera del sur de Europa, consideradas extraordinariamente tardías.

Cada vez es más amplio el margen de edad en el que los sociólogos sitúan la franja de edad de la juventud, antes considerada hasta los 25 años y ahora alargada hasta los 34. La extensión de la etapa juvenil se debe a la prolongación de la dependencia familiar de los hijos, y se ha hecho especialmente acusada en los países del sur de Europa, en concreto en España. Esta pauta, extendida entre el 70% de los jóvenes españoles, «se ha estabilizado hasta tal punto que no son esperables cambios radicales en el futuro».


Entre 1976 y 2011, la edad media al matrimonio ha tenido una clara 
tendencia a incrementarse, tanto por lo que se refiere a las mujeres como en 
cuanto a los varones: en 1976 la media de edad era de 24,38 años en las mujeres y 
de 27,23 en los varones, mientras que, en 2011, esas cifras fueron de 33,02 y 
36,10 años, respectivamente





Las causas son diversas y con orígenes diferentes. Como motivos que los sociólogos denominan «internos» están los cambios en la familia tradicional española. Así, la democratización de las relaciones y la distribución más igualitaria de la autoridad en el seno del hogar se ha convertido en un rasgo característico. Esto significa que ya no se admite el ejercicio absoluto de la autoridad de los padres sobre los hijos, sino que éstos toman parte en las decisiones importantes. Además, las obligaciones de los jóvenes para con sus progenitores se han reducido de modo considerable. Otro hecho notable es el cambio en la estructura de esta institución, donde cada vez es menor el número de hijos, lo que supone una disminución de la carga económica que éstos implican.

Estos factores dan lugar a un clima donde los hijos disfrutan de más libertad, tienen más capacidad de movimiento y mayor bienestar económico. En definitiva, la grata convivencia paterno-filial y las buenas relaciones intergeneracionales dan lugar a la creación de una imagen positiva de la familia, que no sólo procura al joven todas las comodidades, sino que supone «un refugio ante las situaciones difíciles», explica.

A la hora de hablar de los factores externos el panorama no se presenta muy halagüeño. El coste de los bienes y servicios ha crecido de forma muy destacada. Pero lo que más frena es la vivienda y el trabajo. La subida desorbitada del precio de las casas convierte en inaccesible el acceso de los jóvenes a un lugar de residencia propio. Asimismo, encontrar un trabajo estable y bien remunerado se convierte en una tarea difícil.

Respecto al nivel de estudios, los datos indican que con niveles de formación más altos y de más edad, permanecen en mayor medida en el hogar que los que tienen estudios obligatorios.

En España no se supera la tasa del 50% de jóvenes que viven fuera del hogar paterno hasta el tramo de edad de entre 30 y 34 años. Según datos de 2013 del Observatorio de emancipación del Consejo de la Juventud de España, solo el 7,2% de jóvenes entre 16 y 24 años vive fuera de casa, entre 25 y 29 años la cifra supera el 40%. El porcentaje asciende al 72,9% de quienes tienen entre 30 y 34 años se han emancipado.

En este sentido, las Islas Baleares son la región con mayor porcentaje de jóvenes que viven fuera del hogar de sus padres (más de un 48%), seguido de la comunidad Valenciana y Cataluña, en el polo opuesto están las regiones del norte peninsular, como Cantabria, Asturias y Galicia, con tasas inferiores al 30%.



Noticia relacionada: Cuatro de cada diez asturianos de 30 a 34 años siguen viviendo con sus padres

Fuentes: Elaboración propia, Eurostat, elmundo

2 comentarios:

  1. Huy rozando la treintena. Mas bien rozando la treinticintena. Vaya país de ladrones tenemos.

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  2. Gran blog, excelente la información!

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