La última encuesta Gallup sobre la importancia de la religión en el mundo ha revelado que la religiosidad sigue jugando un papel clave en la vida cotidiana de la población mundial (en un 84% de los habitantes del planeta), y sobre todo en la de los habitantes de los países pobres (98%). Esta es la conclusión del análisis de los datos arrojados por un sondeo que se realizó en 114 países, y en el que participaron unas 1.000 personas por nación.
Otro dato arrojado por la encuesta es que los países más religiosos del mundo son todos relativamente pobres. Según los autores del sondeo, este hecho reflejaría la fuerte relación entre el estatus socioeconómico de las naciones y el nivel de religiosidad de sus habitantes.
En los países más pobres del planeta – aquéllos cuya media de renta per capita es de 1.500 euros o menos- el porcentaje de personas que afirmó que la religión era importante en su vida cotidiana fue del 95%.
En cambio, el porcentaje de individuos que contestaron esto mismo en los países más ricos (con una renta per capita de más de 18.500 €) fue de sólo el 47%.
Cierto es que existen las excepciones, como la de Estados Unidos, país en el que alrededor de un tercio de los estadounidenses encuestados (el 65%) afirmó que la religión era importante en su vida diaria, o como las de Italia, Grecia, Singapur y algunos estados del Golfo Pérsico, pero, en general, la mayoría de las naciones con los ingresos más altos están por debajo de la media de religiosidad.
Concretamente, en 10 de estos países, no más del 34% de los encuestados dio importancia a la presencia de la religión en sus vidas.
A continuación mostramos la comparativa entre la importancia de la religión en un país y su riqueza (se incluyen también países no europeos).
¿Qué sucede en Europa y España?
Según datos del eurobarómetro de 2005 sabemos el porcentaje de creyentes por país. El estudio se realizó simultáneamente en todos los países con el mismo cuestionario, y con un número amplísimo de encuestados (unos 1.000 por país). En ese sentido los datos son bastante fiables y permiten un excelente estudio comparativo.
La pregunta concreta fue: ¿Cuál de estas declaraciones viene a estar más cerca de tus creeencias?
Y las opciones de respuesta eran:
1) Creo que hay un Dios.
2) Creo que hay alguna clase de espíritu o fuerza vital.
3) No creo que haya ninguna clase de espíritu, dios o fuerza vital.
4) No lo sé.
5) No contesto.
Y los resultados en detalle se reflejaban en este cuadro:
Los resultados de la encuesta fueron bastante sorprendentes. No tanto por el número de ateos, que aunque relativamente elevado estaba dentro de lo esperado, sino por el asombroso número de gente que declaraba creer en alguna fuerza sobrenatural, pero no en la representada por los dioses de las religiones tradicionales. En Estonia el 54% de la población, en Suecia el 53%, en Reino Unido el 40%, unos porcentajes elevadísimos.
Para el total de Europa la suma de creyentes en las religiones teístas tradicionales sólo alcanzaba un 52%.
Son muy chocantes las enormes diferencias que se aprecian entre los distintos países. A grandes rasgos podríamos decir que el ateísmo en Europa es un fenómeno fundamentalmente atlántico y centroeuropeo, mientras que la religiosidad tiene sus bases más fuertes en el Sur y el Este de la UE (en Polonia, Rumanía, Italia, Irlanda, Portugal y Grecia más del 75% de la población se considera creyente).
En cualquier caso parece evidente el descenso en relación a las creencias religiosas entre la gente más joven, como muestra el siguiente gráfico acerca de la identificación religiosa de los jóvenes españoles.
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