jueves, 24 de septiembre de 2009

Los delfines pueden reconocerse a sí mismos en el espejo

Es una capacidad que antes se consideraba exclusiva de humanos y primates

Se podría considerar que las diferencias mentales entre algunos animales y el ser humano son más de grado que otra cosa. Procedemos evolutivamente de ellos y la evolución no destruye completamente un edificio para levantar uno completamente nuevo. Hay una línea evolutiva continua entre ellos y nosotros en la que las cualidades mentales mejoraron y evolucionaron en el tiempo. Muchas especies (entre ellas todos los homínidos distintos a nosotros) se han extinguido, pero todavía quedan animales que nos sorprenden con sus capacidades mentales, es el caso de los delfines.

Con cerebros que siguen en tamaño a los de los seres humanos, memorias soberbias, sistemas de sonar más exactos que los de cualquier nave y complejas estructuras sociales, los delfines suelen ser considerados los genios de los mares.

Astutos, buenos imitadores y veloces para aprender, los delfines poseen una misteriosa habilidad para confundir a los investigadores, afirman aquellos que los han estudiado tanto en cautiverio como en libertad, aunque en las últimas décadas los científicos han realizado progresos en el descubrimiento de las complejidades de la vida social y la mente de los delfines, y han comenzado a crear un retrato más detallado de estos notables animales.



Ahora, dos nuevos estudios realizados independientemente muestran que los delfines son capaces de reconocerse a sí mismos en los espejos -lo que suele ser considerado un signo de autoconocimiento- y de entender espontáneamente los pensamientos de otros individuos, en este caso, de seres humanos.

Ambos equipos de investigadores afirman que sus trabajos brindan sustento a la visión de que los delfines pueden desarrollar algún tipo de noción sobre ellos mismos y sobre otros como individuos, habilidades frecuentemente asociadas exclusivamente con los seres humanos y los grandes primates.

Estos estudios, aun cuando pueden ser objeto de intenso escrutinio y crítica, como lo es toda investigación en el campo de las habilidades cognitivas animales, expanden el debate en torno de la inteligencia y la conciencia animal, afirmaron otros investigadores.

Es el delfín nariz de botella el que se ha convertido en el primer no primate en pasar el test del espejo de autorreconocimiento, informaron la doctora Diana Reiss, de los Laboratorios Osborne de Ciencias Marinas del Acuario de Nueva York, en Brooklyn, Estados Unidos, y la doctora Lori Marino, una especialista en neurociencias y biología del comportamiento de la Universidad de Emory.

Desde hace mucho tiempo, los científicos saben que los niños comienzan a reconocerse a ellos mismos en los espejos entre los 18 y los 24 meses. El autorreconocimiento en el espejo, afirman muchos investigadores, usualmente marca el comienzo del autoconocimiento, la introspección y la capacidad de percibir los estados mentales de los otros.

En 1970, el doctor Gordon G. Gallup Jr., profesor de psicología de la Universidad Estatal de Nueva York en Albany, Estados Unidos, desarrolló el test de la marca para determinar cuándo los animales son capaces de reconocerse a sí mismos en el espejo. Si los sujetos del test marcados con una tintura se acercan al espejo y examinan la marca, esto sugiere que exhiben cierto autorreconocimiento.

Al ser confrontados con un espejo, muchos animales lo ignoran o responden con agresividad, como si fuera otro animal, explicó la doctora Reiss. Después de familiarizarse con el espejo, algunos animales -entre ellos, los monos, los simios menores, los elefantes y los loros grises africanos- comienzan a utilizarlo como una herramienta para esconder objetos pero no para examinarse a sí mismos.

Estudios previos han sugerido que los delfines reconocen su propia imagen, pero los resultados nunca fueron considerados concluyentes.

Hasta ahora, sólo los chimpancés, los orangutanes y los gorilas han empleado espejos para investigar su propio cuerpo, según los investigadores.

Para la doctora Reiss, los nuevos hallazgos "abren la discusión sobre la evolución del cerebro, porque los de los primates y los delfines han evolucionado mucho en líneas diferentes por más de 60 millones de años".

Los cerebros de los delfines carecen de un lóbulo frontal, similar al de los primates, dijo la doctora Marino. El neocórtex de los delfines y de otros cetáceos está organizado de modo diferente al de los primates, agregó, sugiriendo que esos cerebros "llegaron al mismo estadio cognitivo" a pesar de haber evolucionado por otros caminos. Este fenómeno se denomina evolución convergente.

Los nuevos estudios comenzaron en 1998 en el Acuario de Nueva York con dos delfines nariz de botella criados en cautiverio. Los investigadores primero fingieron una marca en el animal, usando un marcador lleno de agua en lugar de tinta. Después de varias repeticiones, marcaron al delfín con círculos y triángulos. Finalmente, fingieron marcarlo una vez más.

Se marcó cada animal con agua o con tinta un total de 16 veces. En sus pruebas individuales (todas grabadas en video), cada delfín se zambullía directamente hacia el espejo para investigar la parte del cuerpo en la que había sido marcado, muchas veces girando y dando vueltas para exponer ante el espejo la parte marcada.

Los investigadores han encendido el debate entre los científicos, no sólo porque hay quienes disienten con la interpretación o el significado mismo del test del espejo. Mientras que algunos investigadores expresan escepticismo, otros alaban los trabajos por contribuir con creciente evidencia que sugiere que otros animales poseen autoconciencia y complejas habilidades cognitivas.

El doctor Gallup calificó los resultados como "la más sugestiva evidencia hasta la fecha" sobre el autorreconocimiento de los delfines en el espejo, pero "no definitiva" porque no está del todo seguro de si los animales no interpretaron que lo que vieron en el espejo era otro delfín.

Otra reciente investigación con delfines ha revelado que estos animales son capaces de "interpretar la dirección de la mirada y el acto de señalar de los humanos sin entrenamiento previo", signos que para algunos expertos significan que pueden interpretar pensamientos e intenciones de otros animales.

Delfines = "personas no humanas"

Hasta ahora los delfines han sido considerados como uno de los animales más inteligentes del mundo, pero muchos científicos los han situado por debajo de los chimpancés. No obstante, una serie de estudios recientes de comportamiento sugieren que los delfines -sobre todo los de nariz de botella- son los más inteligentes de las dos especies.

Los científicos que llevaron a cabo las investigaciones creen que son tan inteligentes que deberían ser tratados como "personas no humanas". Algunos de estos mamíferos pueden alcanzar el nivel de inteligencia de un niño de tres años.

La corteza cerebral y la neocorteza cerebral de los delfines de nariz de botella era tan grande que "la anatomía que evalúa la capacidad cognitiva lo ubica segundo después del cerebro humano."

Los estudios también revelaron que los delfines tienen una personalidad propia y pueden pensar a futuro. También dejaron claro que son animales culturales que pueden aprender nuevos tipos de comportamiento entre ellos.

En un caso reciente, un delfín que fue rescatado de su habitat natural, fue enseñado a andar sobre su cola, en las tres semanas que duró su recuperación en un acuario de Australia.

Después de que el animal fuera puesto en libertad, los científicos se quedaron atónitos cuando vieron cómo se extendió el truco entre los delfines que se encontraban en estado salvaje, que lo habían aprendido del que estuvo en cautiverio.

Fuente

¿La tendencia al divorcio puede adivinarse a partir de una fotografía?

Dos estudios demuestran que las imágenes preconizan el futuro

El grado de intensidad de la sonrisa de un niño o de un joven en una fotografía puede indicar la tendencia de éstos a divorciarse en el futuro o, por el contrario, de estar felizmente casado para siempre, señala un estudio reciente. Aplicando un proceso de decodificación de la expresividad facial, un grupo de científicos “adivinó” con un alto nivel de aciertos qué adultos se habían divorciado y cuáles no, sólo con observar fotos de su juventud o de su niñez. Esto fue posible porque, según los científicos, la actitud sonriente en las fotografías indica cierta disposición emocional subyacente, y que tiene consecuencias tanto directas como indirectas en la vida de las personas.

¿Qué vida le espera a un niño o a un joven que en una foto sacada en el colegio o en la universidad muestra una amplia sonrisa o, por el contrario, parece triste o serio? Si se quiere averiguar, basta con observar bien la foto.

Científicos de la DePauw University de Chicago aseguran que hay, al menos, un aspecto de la vida de los adultos que ya puede deducirse de las instantáneas que les hayan sacado durante su infancia o durante su juventud: si van o no a divorciarse de mayores.



El profesor de psicología de dicha universidad, Matt Hertenstein, afirma en la revista Science and Religion Today, que dos rigurosos estudios realizados por él mismo y sus colaboradores han demostrado que la observación y la medición de las expresiones infantiles y juveniles pueden servir para predecir si las personas tendrán, algún día, una feliz vida marital o todo lo contrario.

Disposición emocional subyacente

En un artículo titulado “Smile intensity in photographs predicts divorce later in life” (“La intensidad de la sonrisa en las fotografías predice el divorcio años después”) los científicos explican detalladamente ambos estudios, basados en la hipótesis previa (también mantenida por otros investigadores) de que la actitud sonriente en las fotografías indica cierta disposición emocional subyacente, que tiene consecuencias tanto directas como indirectas en la vida de las personas.

En el primer estudio fueron examinadas 306 personas (204 mujeres y 102 hombres), de edades comprendidas entre los 23 y los 87 años de edad. Los participantes fueron mayormente caucásicos, pero en el experimento también participaron afroamericanos y personas de otras razas.

A las fotografías de estas personas cuando estaban en la universidad se les aplicó un procedimiento de codificación de una investigación anterior, realizada por otros científicos, en la que se habían analizado las expresiones de emociones positivas en jóvenes universitarias, y las experiencias de estas niñas en su edad adulta.

Siguiendo dicho procedimiento, en las fotos de los participantes en el estudio de Hertenstein fueron consideradas dos unidades de acción muscular facial (la que hace que la mejilla se levante, y la que hace que la comisura de la boca se estire también hacia arriba), como reflejo de una expresión emocional positiva.

Por otro lado, los participantes también tuvieron que contestar a tres preguntas sobre su vida personal: si actualmente tenían una relación estable, si la habían tenido alguna vez, y si se habían divorciado en algún momento.

La combinación de todos los datos recopilados, tanto los de la encuesta como los de la decodificación de las fotos, reveló que entre las personas con sonrisas de menor intensidad en la juventud (la intensidad de las sonrisas fue valorada en una escala de entre 2 y 10 puntos), la tendencia al divorcio era mayor que entre las personas que sonreían más en esa etapa de sus vidas.

Carácter es destino

En el segundo estudio se llevó a cabo un análisis similar, en este caso con 55 personas de una media de edad de 50 años.

Los participantes presentaron en este caso fotos de distintas épocas de sus vidas (entre los cinco y los 22 años), porque se sabe que la evaluación en distintos momentos y contextos produce un índice de la emotividad más fiable.

Las preguntas destinadas a este grupo fueron directamente sobre el matrimonio, y no sobre otro tipo de relaciones estables que los adultos hubieran podido tener en el pasado: si estaban casados ahora, si lo habían estado con anterioridad, y si se habían divorciado alguna vez.

Los resultados revelaron un patrón similar al del estudio anterior: la intensidad de las sonrisas reflejadas en las fotografías sirvió para predecir la tendencia de los participantes al divorcio.

Los científicos explican que dichos resultados son coherentes con suposiciones previas de otros investigadores, que señalaban que las tendencias emocionales influyen en la vida de las personas a través de procesos sociales, cognitivos, biológicos y actitudinales.

Retos pendientes

A pesar de acercarse a la “adivinación”, los investigadores reconocen que la presente investigación está limitada en algunos aspectos, porque no ha contemplado algunas variables -como la del atractivo de los participantes- que podrían resultar clave a la hora de establecer las “tendencias” al éxito o fracaso marital.

Por otro lado, los investigadores señalan que en futuros estudios se podrían examinar las relaciones entre la intensidad de la sonrisa y los resultados generales en la vida, no sólo en lo referente al matrimonio.

Y es que, tal y como indica la literatura reunida a este respecto, a partir de segmentos muy limitados de comportamiento no verbal se puede inferir con exactitud toda una variedad de características, entre ellas el estatus socioeconómico, las evaluaciones en educación, la orientación sexual, y algunas otras facetas de la personalidad.

Fuente

Nos estamos quedando sordos

Nos estamos quedando sordos, todos nosotros. No, no me refiero a que hemos dejado de escuchar y nos limitamos a oír (que también), sino a que cualquier nativo zulú o del Amazonas de 75 años de edad tiene, por término medio, mejor capacidad auditiva que un occidental de 40.

Es lo que sostiene Jordi Coromina, otorrino que ejerce en el Centro Médico Teknon y que investiga la pérdida de audición de los jóvenes. Actualmente está visitando a pacientes de 40 años con presbiacucia, el oído cansado, una pérdida de audición fisiológica que generalmente se inicia pasados los 55 años.

Cada vez hay más personas que oyen pero que no entienden lo que se les dice: sólo registran los sonidos graves. Cada vez hay más casos de acúfenos: una enfermedad infernal en la que todo el día y toda la noche, sin interrupción, se genera un ruido agudo o grave (booo o piii) en el oído.

Las razones para el nacimiento de esta nueva generación de sordos son diversas, como el ruido ambiental de las grandes ciudades: el tráfico rodado puede alcanzar 80 decibelios, cuando el límite fisiológico tolerable es de 60 decibelios.

Pero el motivo principal estriba en los reproductores de mp3 y los auriculares que se introducen en la oreja, a diferencia de los clásicos que funcionaban a través de los mecanismos externos envueltos de espuma.

Un reproductor de mp3 puede llegar a alcanzar hasta 150 decibelios. Y el volumen medio al que se escucha la música (le rock, por ejemplo, es más perjudicial que la música clásica) es de 90 y hasta 100 decibelios.



La compañía Apple ya había recibido denuncias médicas de pacientes de EEUU que habían perdido audición, y ello le llevó a introducir un autolimitador de volumen. La UE también emitió una normativa que se aconseja a la industria no fabricar aparatos de sonido de mp3 que superen los 100 decibelios.

Según un sondeo nacional en Reino Unido, elaborado por Deafness Research UK, el 14% de las personas de entre 16 y 34 años utilizan sus reproductores de música personales durante 28 horas a la semana.

Más de una tercera parte de las 1.000 personas interrogadas en la encuesta dijeron que tenían un zumbido en el oído, una señal de daño en la audición, tras escuchar música alta.

'Estamos advirtiendo a los jóvenes de que están corriendo el peligro de quedarse sordos 30 años antes que la generación de sus padres', dijo Vivienne Michael, responsable de Deafness Research UK.

Los jóvenes están expuestos a altos niveles de ruido por reproductores de MP3, sofisticados sistemas de sonidos en sus casas, clubes y coches, pero muchos no son conscientes del efecto dañino que puede tener en su audición.

Casi el 40% de las personas interrogadas en la encuesta dijo que no conocía las consecuencias.

El 28% dijo que iban a bares, pubs o clubes nocturnos ruidosos una vez a la semana.

'La pérdida de audición puede hacer la vida insoportable. Desconecta a las personas de su familia y amigos y hace la comunicación de todos los días extremadamente difícil', dijo Michael en un comunicado.

La organización aconseja seguir la norma del 60-60: no escuchar el reproductor de MP3 a más del 60% del volumen máximo y no utilizarlo durante más de 60 minutos cada vez.

¿Cuál es la población del mundo que oye mejor?

Los nativos de la selva, los agricultores que trabajan solos y los monjes que viven en silencio. El silencio es el mejor amigo del oído.

Fuente

Nuestra vida digital viaja del disco duro a la "nube"

El usuario se conecta a la Red y comienza sus tareas cotidianas. Escribe la presentación de su nuevo proyecto laboral en Google Docs, edita las fotografías de su viaje a Nueva York en Picasa y sube un vídeo familiar a YouTube. Luego escucha sus temas favoritos en Spotify y disfruta de los nuevos episodios de Anatomía de Grey en Seriesyonkis. Además, sube su colección de películas y series a un almacén virtual como Rapidshare o Megaupload para aligerar el disco duro y poder compartirlas.

Todo lo ha hecho online, gratis y sin necesidad de descargarse nada en su terminal (Spotify sólo requiere bajar el buscador). Da igual dónde esté: en el trabajo, en casa o en un hotel. Sólo necesita una conexión: en la web se ejecuta y en la web se queda.



Quizá sin saberlo, el usuario está moviéndose en la nube (cloud, en inglés), que es como ya se conoce al territorio virtual formado por todo aquel software y aplicaciones que funcionan desde fuera del ordenador, ya sea fijo, portátil o un teléfono móvil. Están alojados en servidores ubicados en algún lugar indeterminado pero son accesibles desde todas partes. El terminal se convierte así en un simple medio para enchufarse a esa nube de computación.

Gracias en parte a la difusión de un mayor ancho de banda y mejores conexiones inalámbricas (wifi), la nube es el ámbito en el que se desarrollan la mayoría de las actividades cotidianas ante una pantalla. De hecho, un 69% de los usuarios de Internet ha almacenado información en la Red o ha empleado alguna aplicación de software online.

Algunos expertos vaticinan un futuro en el que prácticamente todos nuestros objetos personales (fotografías, vídeos) y culturales (películas, discos...) estarán en la nube, es decir, en un entramado de servidores cuya ubicación ignoramos. Así, en teoría, nuestras pertenencias digitales estarán disponibles en todo momento a través de cualquier dispositivo con acceso a la Red. La contrapartida, según alertan otros, es la dependencia de la conectividad, el riesgo de perder privacidad y la incógnita sobre cómo puede modificar el consumo cultural.

La computación en nube (o cloud computing) es un término que originalmente aludía sólo al modo de coordinar varios ordenadores para mejorar la eficacia de su capacidad de computación. Ahora su sentido se ha ampliado y se aplica también al modo de gestionar la información digital impulsada por los usuarios. "Los contenidos dejan de ser tangibles en un soporte físico y se consumen directamente online", señala Fernando Garrido, especialista en sociología del Observatorio para la Cibersociedad. "Las nuevas pantallas (móvil, portátil...) abren un universo de momentos de consumo. El cambio es radical".

Y ya está transformando los hábitos de visionado, escucha y lectura, advierte Carr. Algunos ejemplos. El visionado de series y películas en streaming (sin necesidad de descargarlos en el disco duro) aumenta rápidamente frente a las descargas P2P (Par a par). Casi la mitad de los internautas españoles, el 47,8%, utilizaron esta fórmula (en webs como Seriesyonkis) para ver películas y series en el último año, por delante del 37,3% que las descarga mediante programas de intercambio de archivos, según el informe eEspaña 2009, de la Fundación Orange. En la música, sin embargo, siguen por delante las descargas, con un 42%, frente al 38,5% que escuchó música directamente en línea.

Respecto al libro hay división. Unos apuestan por el triunfo amplio del formato electrónico -como Carr- y otros por la coexistencia. "Lleva con nosotros 500 años. En torno a él hemos construido nuestra sociedad y nuestra forma de pensar", sostiene Garrido. "Es difícil que un eBook lo sustituya; puede reubicarlo". Y es probable que cada uno se especialice: el formato digital para los textos académicos, documentos, y el tradicional, para la literatura y el entretenimiento.

Que toda la información personal y las creaciones propias (textuales, fotográficas, etcétera) estén alojadas en un espacio virtual fuera del control del usuario plantea dudas importantes, según algunos expertos. Las primeras atañen a la conectividad (sin conexión no sirve) y a la privacidad.


Fuente

domingo, 13 de septiembre de 2009

¿Por qué la evolución no eliminó la depresión?

A lo largo de la evolución de los homínidos se ha producido un proceso de selección natural en todos los atributos de nuestra especie. Se han mantenido o desarrollado aquellos que eran adaptativos y se han eliminado aquellos que no lo eran. Esto se puede aplicar también a la psique humana. Muchos investigadores, partiendo de la premisa anterior, se han preguntado como un proceso como la depresión, que es negativo para aquellas personas que lo padecen, no ha desaparecido a lo largo de nuestra evolución como especie.



Sin embargo los resultados de algunas investigaciones nos hacen pensar que quizás la depresión sea inclusive hasta un mecanismo adaptativo. En la revista Scientific American se puede encontrar un artículo firmado por Paul W. Andrews y Thomson J. Anderson en el cual ambos autores defienden que la depresión aporta beneficios a aquellas personas que los padecen.

La explicación de estos dos autores nos lleva a campo de la química compleja y han descubierto que aquellas personas que se encuentran en un proceso depresivo son capaces de realizar procesos analíticos mejores que aquellas personas que no tienen depresión.

Otro autor, como el antropólogo de la Universidad de Cornell Meredith Small, también propuso en un artículo de Live Science el significado evolutivo que tiene la depresión. La tristeza, según este antropólogo, sería exclusiva de aquellos animales que tienen cerebros grandes, como es el caso del ser humano. Los estados de ánimo negativos le sirven al ser humano, aunque pueda parecer lo contrario, a sobrevivir y es un rasgo necesario para la vida en grupo.

A simple vista, la depresión dista de ser benéfica: provoca que el paciente considere el suicidio o que tenga un interés menor en el sexo, actitudes que desalientan la supervivencia de la especie. Sin embargo, la depresión podría servir para incrementar ciertas habilidades mentales. Dado que la tristeza enfoca la atención del cerebro en el conflicto, podría servir para equipar mejor al individuo en la toma de decisiones acertadas. Muchos estudios han señalado un incremento en la actividad cerebral durante la depresión en la corteza prefrontal ventrolateral, un área encargada de la atención de la persona. Una de las hipótesis es que la alta actividad en esta zona conlleva a la meditación, permitiendo al cerebro mantenerse enfocado en su problema.

Joe Forgas, un psicólogo social de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia, ha demostrado en experimentos que los estados de ánimo negativos llevan a mejores decisiones en situaciones complejas. En uno de sus experimentos, Forgas ha encontrado que los sujetos melancólicos son mejores juzgando la exactitud de los rumores y recordando eventos pasados.

Si estamos tristes nos encontramos en condiciones óptimas para realizar balances, de evaluar qué hemos hecho bien y en qué hemos fallado, algo que, por un lado, hacen los individuos mejor adaptados, y por el otro, resulta casi imposible para las personas felices.

Ya en 1873, en su libro La comunicación de las emociones en los animales y en el hombre, Darwin advertía que los sentimientos juegan un papel importante en la evolución, “y si han sobrevivido a los avatares evolutivos, quizá ofrezcan una ventaja de supervivencia”, suele decir el psicólogo Joe Forgas, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, al señalar la necesidad de ahondar en el tema.

El engaño de creer que todo está bien

La tristeza funciona como el dolor que produce una piedra en el zapato, nos avisa de algo que está mal; si ignoramos esa alerta y no hacemos nada al respecto, el pie puede lastimarse, herirse y conducir a una situación incapacitante. A esto se le llama hacer balances, a evaluar la situación actual y tomar medidas para mejorarla, algo que no hace una persona feliz.

Sin embargo, no todos coinciden con esta explicación. Ed Hagen, un antropólogo de la Universidad Estatal de Washington considera que aunque la hipótesis de la meditación analítica le convence en ciertos aspectos, no alcanza a explicar de fondo qué causa la depresión. “Individuos con depresiones profundas a menudo no se asean, bañan o incluso no usan el inodoro”, comenta Hagen. Para el antropólogo, el detrimento físico y reproductivo causado por una depresión profunda es un costo muy alto por “mayor tiempo para pensar”.

¿Podría ser que la depresión tenga consecuencias positivas para la creatividad? En una encuesta de la neurocientífica Nancy Andreasen, 30 integrantes de un taller de escritura en Iowa fueron entrevistados sobre su historia mental. 80% de los escritores fueron diagnosticados con algún tipo de depresión. Otro estudio biográfico sobre artistas y escritores británicos, realizado por el profesor Kay Redfield Jamison de la Universidad Johns Hopkins, arrojó que los individuos existosos son ocho veces más propensos que la población general a sufrir de depresiones profundas. Parece que la figura del artista melancólico no es únicamente un estereotipo social.


Fuente

Más de la mitad de los españoles cobran menos de 1.100 euros al mes


Los asalariados madrileños son los trabajadores que mayor sueldo medio perciben

Un total de 18,3 millones de españoles perciben unos ingresos brutos mensuales inferiores a los 1.100 euros, lo que representa el 63% de los trabajadores que desarrollan su actividad en nuestro país, según se desprende de un estudio realizado por los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA).

El estudio –elaborado a partir de los datos de pagadores del trabajo y pensiones, así como de la última estadística del IRPF-2007- muestra que en España existen 16,7 millones de asalariados (casi el 62% de los trabajadores por cuenta ajena) que perciben un sueldo bruto anual inferior a 13.400 euros, cuando la retribución media nacional se sitúa en 18.087 euros brutos al año.


Asimismo, el informe de Gestha revela que actualmente se registran en nuestro país cerca de 1,6 millones de empresarios y profesionales que obtienen unos ingresos mensuales inferiores a 1.100 euros brutos, lo que representa cerca de las tres cuartas partes del total de los trabajadores por cuenta propia.



En este sentido, el “coletivo mileurista” es más numeroso entre los microempresarios que realizan el pago de IRPF a través del régimen de estimación objetiva (módulos) -78%- que entre los empresarios y profesionales acogidos al modelo de estimación directa (72%).


Extremadura, Canarias y Galicia, las que más asalariados “mileuristas” concentran

Por comunidades autónomas, el mayor porcentaje de asalariados “mileuristas” se concentra en Extremadura, con casi las tres cuartas partes de sus trabajadores (74,7%), seguida de Canarias (69,1%), Galicia (69%), Andalucía (69,9%), la Región de Murcia (68,7%) y Castilla- La Mancha (67,4%).Por el contrario, la Comunidad de Madrid, con el 50,7% del total de asalariados, es la región que menos trabajadores por cuenta ajena “mileuristas” registra, por delante del Principado de Asturias (54,8%), Cataluña (55,2%), Aragón (56%), Cantabria (58,4%) y La Rioja (59,3%).

En términos absolutos, las cuatro comunidades con mayor población de España concentran más del 60% del total de asalariados “mileuristas”. De esta forma, Andalucía se sitúa a la cabeza con más de 3,4 millones, seguida de Cataluña (2,7 millones), Madrid (2,05 millones) y Comunidad Valenciana (1,9 millones).

Estadística del INE


Por otra parte los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran, en concreto, que nada menos que el 44,2% de los asalariados (incluidos los de tiempo parcial) ingresa mensualmente menos de dos veces el salario mínimo interprofesional, y que en 2009 -últimos datos publicados- ascendió a 1.248 euros al mes (sin deducciones fiscales o cotizaciones sociales).

Se trata del porcentaje más alto jamás alcanzado, y supone un avance respecto del 43,2% registrado un año antes, lo que parece coherente con el deterioro de la situación económica y, en concreto, con la degradación del mercado de trabajo.

En el caso de las mujeres, el número de ‘mileuristas’ alcanza al 54%, lo que da idea de sus especiales condiciones de trabajo, diez puntos porcentuales más que los hombres.



Los madrileños, los españoles con el salario más alto

Atendiendo a la retribución anual, los asalariados madrileños son los trabajadores españoles que mayor sueldo medio perciben, con 22.870 euros brutos al año, seguidos de catalanes (20.097 euros), aragoneses (18.985 euros), asturianos (18.715 euros) y cántabros (18.530 euros).Por el contrario, los salarios anuales más bajos corresponden a Extremadura -donde los trabajadores por cuenta ajena perciben de media 14.120 euros brutos-, Andalucía (15.010 euros), Murcia (15.447 euros) y Canarias (15.545 euros).



miércoles, 9 de septiembre de 2009

La testosterona afronta la crisis

* Esta hormona se encuentra en mayores concentraciones en los hombres
* A iguales niveles de esta sustancia, hombres y mujeres aceptan los mismos riesgos

Si usted es muy aficionado a invertir sus ahorros en bolsa o a tomar decisiones financieras arriesgadas vigile sus niveles de testosterona, ya que podría ser la que le empuja a 'tirarse a la piscina'. Esto es lo que apunta un estudio publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), que defiende que los niveles de esta hormona, asociada con anterioridad a comportamientos competitivos, dominantes y arriesgados, explicarían la diferente actitud que muestran hombres y mujeres frente a los riesgos financieros así como a la hora de elegir una carrera profesional dentro del sector bursátil o bancario.




Los autores de este trabajo, dirigidos por la profesora Paola Sapienza, de la Kellogg School of Management de la Universidad Northwestern (EEUU), apoyaron su investigación sobre una muestra de 550 alumnos que cursaban un máster MBA en la Booth School of Business de la Universidad de Chicago (EEUU). Los estudiantes estaban familiarizados con los riesgos financieros debido a sus estudios y muchos prosiguieron carreras en este campo tras su graduación. Además, se trataba de un grupo con edades homogéneas, una base educativa y cultural similar y una condición socioeconómica parecida, por lo que quedaron minimizadas otras variables no biológicas.

Para medir su inclinación al riesgo, los participantes se enfrentaron a un juego de ordenador en el que podían optar entre una recompensa asegurada o una lotería arriesgada con un premio potencial alto. Debían elegir repetidamente entre el azar y el premio garantizado según iban incrementándose las cantidades a obtener. Además, para medir los cambios en los niveles de testosterona durante ese periodo, se tomaron muestras de saliva antes de empezar a jugar y una vez concluido el experimento.

Así, las personas más aficionadas a correr riesgos eligieron lo desconocido más a menudo, mientras que las personas precavidas se decantaron antes por la ganancia segura. Entre los participantes, los hombres evidenciaron menos temor al riesgo que las mujeres y revelaron mayores índices de testosterona en la saliva, aunque aquellas con niveles de testosterona similares a los de los hombres mostraron la misma inclinación a correr riesgos que ellos.
Influencia en la carrera profesional

En opinión de los investigadores, los niveles de testosterona también podrían influir a la hora de elegir una carrera financiera arriesgada, ya que los individuos con mayor concentración de esta hormona y menor aversión al riesgo fueron, tiempo después, más dados a elegir carreras financieras de riesgo tras su graduación, independientemente de su género.

Tal y como explica Paola Sapienza, "en general las mujeres son más reticentes al riesgo que los hombres a la hora de tomar decisiones financieras importantes, lo que puede afectar a la elección de carrera profesional. Por ejemplo, en la muestra sobre la que basamos nuestro estudio el 36% de las estudiantes del MBA eligió carreras financieras de riesgo frente al 57% de los hombres. Queríamos explorar si estas diferencias de género están relacionadas con la testosterona, una sustancia que, por lo general, existe en una mayor concentración en los hombres".

Para Luigi Zingales, otro de los autores, este estudio posee importantes implicaciones sobre cómo los niveles de testosterona pueden influir en la aceptación de riesgos en los mercados financieros, ya que muchos de estos estudiantes llegarán a desempeñar un papel importante en este sector. Además, este trabajo puede aportar luz sobre las diferencias de género a la hora de elegir carrera profesional, por lo que próximos estudios deben explorar los mecanismos a través de los cuales la testosterona afecta al cerebro, concluye el investigador.

Fuente

Un corazón roto realmente duele

Sí, y seguramente lo tengas claro, pues alguna que otra vez habrás tenido un desencanto amoroso. Pues bien, lo cierto es que ante una situación de exclusión social (sea la ruptura con una relación, una traición o el simple hecho de ser ignorado) nuestro organismo desencadena un proceso idéntico al que se experimenta en casos de dolor físico. Lo dicen psicólogos de la Universidad de California en Los Angeles.

Naomi Eisenberger y Baldwin Way, ambos psicólogos de dicha institución, han estudiado el comportamiento de nuestro organismo ante situaciones de rechazo social, comprobando que existe un gen en nuestros cuerpos que domina la maquinaria al respecto, el cual actúa de la misma manera en casos de dolor físico o en situaciones de dolor emocional. El gen OPRM1, el cual actúa en calidad de receptor de opioides, los analgésicos naturales de nuestro organismo, es el responsable de ello.




Los investigadores trabajaron con 122 voluntarios a quienes se les tomó muestras de saliva para conocer su gen OPRM1, si este tenía forma normal o se trataba de una variación, y además les solicitaron rellenar un cuestionario respecto a sus habituales reacciones ante situaciones de relegación social. Posteriormente participaron de un experimento en un simulador de ordenador, en el que algunos de los voluntarios fueron excluídos.

De inmediato los psicólogos observaron que aquellos participantes que tenían la variación del gen (y por lo tanto con mayor sensibilidad al dolor físico), también reportaron mayores niveles de sensibilidad ante la exclusión, lo cual sirvió de demostración de que las regiones asociadas al dolor físico y emocional en el cerebro, están estrechamente conectadas.


El rechazo amoroso provoca la misma actividad neuronal que las adicciones


Cuando una persona es abandonada por la pareja a la que ama, en su cerebro se pone en marcha una actividad neuronal similar a la que producen las adicciones. El rechazo en una relación romántica causa un profundo sentimiento de pérdida y dolor que puede llegar a afectar hasta tal punto que provoque una depresión clínica.

El abandono de una pareja puede producir sentimientos tan angustiosos. El amor romántico, tanto en circunstancias felices como en situaciones infelices, puede ser considerado una “adicción natural”, cuya ausencia produce dolor.

Algunos experimentos con imágenes de resonancias magnéticas han demostrado que las áreas del cerebro que funcionan durante el desamor también están activas en aquellos pacientes que tratan de desengancharse de la cocaína o los opioides. Y, por si no fuera bastante, las zonas implicadas en el dolor físico -las que hacen estremecer a alguien cuando recibe una patada o un puñetazo- también están en marcha en esta etapa. Por lo que la expresión 'el amor duele' es, en este caso, literal.

Según cuenta Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers (EEUU) y una de las mayores expertas en la biología del amor, tras una ruptura sentimental la persona atravesará dos fases: en la primera, la de protesta y negación, el amante despechado hará lo posible por volver atrás, por intentar arreglar lo que cree que falló en la relación y tratar de recuperar a la persona amada. "Para ello no dudará en mandarle mensajes, escribirle notas. Intentará seducirle de nuevo", indica Fisher.

Esta reacción, al parecer, es muy común entre los mamíferos y se debe a que en este primer momento sigue muy activa el área ventral tegmental del cerebro, que segrega dopamina, la misma sustancia que interviene en el enamoramiento. Es decir, se actúa igual que al principio de la relación romántica, cuando todo es de color de rosa, "porque la persona abandonada sigue enamorada y seguirá así durante varias semanas", dice la antropóloga, que ha escrito multitud de artículos sobre el tema. Lo único es que, en esta ocasión, no será correspondida. Además, tras el abandono ocurre un fenómeno curioso, conocido en psicología como "la atracción de la frustración", y que consiste en que a la persona vuelve a sentir por su ex una pasión que no tenía al final de la relación amorosa.

Tras este periodo, puede aparecer la rabia, algo normal porque los reguladores del amor y el odio están en la misma zona del cerebro y relacionados con los sistemas de recompensa. Esto ocurre con mayor frecuencia durante los procesos de divorcio, en los que los contendientes, además de sus sentimientos, tienen muchas más cosas en juego. Sin embargo, esta rabia no quiere decir que la persona ya se haya desenamorado. Como recuerda Fisher, "lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia".

Superado ese primer episodio del 'duelo', llega la segunda fase: la resignación. Se incrementan entonces la tristeza, el llanto incontrolado con cualquier motivo (una canción, un bar, una frase...) que recuerde a la persona amada, las ganas de aislarse del resto del mundo y de estar a solas con el propio dolor. Según un estudio estadounidense con 114 personas que habían sufrido una ruptura amorosa en los últimos dos meses, más del 40% sufría un claro cuadro depresivo y un 12% empezaba a padecer una depresión grave.


Los descubrimientos realizados sugieren que el sufrimiento por el rechazo amoroso podría ser una parte de la vida que la naturaleza ha integrado en nuestra anatomía. Sin embargo, la recuperación de este dolor también sería “natural” y estaría igualmente integrada en nuestra fisiología para permitirnos formar nuevas parejas.


¿Por qué es tan difícil olvidar un gran amor?

Estudios de neurobiología demuestran que una relación amorosa intensa crea en el cerebro impresiones residuales que se reactivan fácilmente. Cuanta más información se grabó, más vívidos son los recuerdos.

No todo depende de la voluntad de olvidar: existe un circuito neurológico que fija con más intensidad los recuerdos que fueron incorporados de la mano de un fuerte contexto emocional. ¿Qué hace que un recuerdo quede sellado a fuego? “En el lóbulo temporal hay dos estructuras. Una se llama hipocampo y por allí pasa la memoria declarativa, es decir, desde acordarse qué día es hoy hasta la cara de una pareja. Al lado hay otra llamada amígdala, que contiene a la memoria emocional. ¿Por qué entonces, aun después de un largo tiempo, vuelven esas imágenes y esas sensaciones que secuestran al cuerpo? Es la amígdala que sigue respondiendo con descargas emocionales involuntarias, como el dolor en el estómago o las palpitaciones.




Y no pasa lo mismo cuando se trata de un romance pasajero que con un verdadero amor : Cuanto mayor sea la información que se grabó hacia ese afecto, en cantidad o calidad, más grabado va a estar en la amígdala y más reacciones va a seguir enviando. Estos recuerdos pueden aparecer como imágenes pero también como olores, sensaciones auditivas y como procesos de pensamiento.

Hay experiencias que gatillan señales químicas en nuestro organismo. Con el tiempo, cuando las conexiones cerebrales que facilitan la revisión de situaciones críticas y emociones negativas se saturan, pueden sufrir lo que se llama ‘down regulation’: una disminución de los neurotransmisores en la zona de intercambio neuronal. Esto explicaría por qué los recuerdos vinculados a alguien importante van perdiendo peso con el tiempo.


¿Son los hombres son más vulnerables a morir de amor?


Otro estudio relacionado, que se publicará en la revista Epidemiology, ha revelado que el 40% de los hombres y el 26% de las mujeres fallecen en los tres años posteriores a la muerte de su ser amado.

Durante años, los científicos han sospechado que esto se debe a que las parejas comparten estilos de vida similares y, por tanto, están expuestas a los mismos riesgos de salud que, tarde o temprano, les pasan la cuenta. En la investigación se evaluó una amplia gama de causas de muerte, como el cáncer, otras enfermedades, el abuso de alcohol, el tabaquismo, e incluso suicidios. Pero aún teniendo en cuenta estos factores, los científicos encontraron "pruebas contundentes" de que muchos viudos y viudas eran más propensos a morir después de perder a su cónyuge.

"El mensaje clave es que no importa cuál es la causa de la muerte ya que todavía hay un efecto de la viudez que no conocemos por completo", agregó Boyle. Y que claramente es más fuerte en los hombres.

Ellos y la viudez: parte de ese efecto está en aspectos psicológicos. Los hombres tiene menos herramientas para el manejo de situaciones de duelo que las mujeres; ellas desde pequeñas se acostumbran a hablar de afectos y a expresarlos con más precisión. Así, ellas procesarían la viudez con más facilidad que los hombres, teniendo más conductas adaptativas y recurriendo a redes sociales y otros apoyos; al hombre le cuesta más, queda más ensimismado y vive depresiones más profundas.

Según el sociólogo Rodrigo Larraín "Las mujeres viudas tienden a buscar la realización personal, vuelven a trabajar o retoman actividades que les gustaban. Al hombre viudo, en cambio, tiende a desarmársele la vida, porque se apoyan mucho en su pareja. Entonces el sentido de la vida empieza a evaluarse negativamente".

De todas formas, para ambos géneros la experiencia es traumática si no logran proyectarse, lo que los lleva a depresiones e incluso a "morir de pena", debilitándose física y emocionalmente.

Los autores del estudio precisan que el "efecto viudez" no sólo afecta a los matrimonios ya entrados en años, sino que también puede observarse en parejas de 30 o 40 años. Un caso aún latente es el de la actriz estadounidense Brittany Murphy, quien murió en diciembre de 2009 a los 32 años, debido a una neumonía mal tratada. Cinco meses después, su marido, el guionista británico Simon Monjack de 40 años, sufrió un paro cardíaco.

Fuente: clarin, ojocientifico

Imparable fuga de audiencia televisiva a Internet

Las descargas de series y películas se duplican en la Red por segundo año consecutivo, según un estudio

Quedarse en casa, ir al cine o programar el DVD hace tiempo que han dejado de ser las únicas formas de disfrutar de las series o películas más populares del panorama audiovisual. Con el auge de los programas de intercambio de archivos y de las páginas de Internet que facilitan descargas directas, las productoras de cine y televisión no se enfrentan sólo a pérdidas millonarias y caídas de audiencia sino que deben diseñar estrategias para hacer todavía rentables sus productos.



La compañía estadounidense Big Champagne ha hecho público un estudio sobre las series y películas más descargadas vía torrent (a través de programas de intercambio de archivos P2P) en todo el mundo. Las cifras son millonarias y reflejan el dominio de la industria televisiva estadounidense en los gustos de los internautas de todo el planeta. La reina absoluta del ránking es la serie Heroes con más de 52 millones de descargas y sólo una producción no estadounidense se cuela en la lista de las películas más populares en Internet, la británica Slumdog Millionaire, que ocupa el puesto octavo de las películas más bajadas con más de ocho millones de descargas.

Según el informe de Big Champagne, recogido por la edición digital de la BBC, las descargas se han duplicado durante el último año y la tendencia es a que se siga incrementando en los próximos años. En el caso de las series más demandadas, los picos más altos de descargas se producen en las horas posteriores a la emisión en su país de origen, en este caso Estados Unidos, cuando se llegan a producir más de 300.000 de peticiones.

Caída de audiencia en televisión

Las series más populares entre los usuarios de torrent son Heroes, con 54.562. 012 de descargas, Perdidos y 24, con 51.151.396 y 34.119.093 de descargas. El estudio de Big Champagne no refleja el número de descargas que se producen en Estados Unidos, pero las series de la lista han aumentado su número de descargas en todo el mundo y han sufrido bajadas de audiencia en sus emisiones en Estados Unidos. Heroes, de la que la cadena NBC emitirá la cuarta temporada a partir del próximo mes de septiembre, solo consiguió reunir a una media de ocho millones espectadores durante la emisión de su tercera temporada los lunes, un día de fuerte competencia en la televisión estadounidense al emitirse también House y Dos hombres y medio, la favorita de la audencia televisiva pero no de los internautas.

El segundo puesto es para Perdidos, auténtico fenómeno fan en todo el mundo y que en Estados Unidos emite la cadena ABC. En su país de origen ha pasado de congregar ante el televisor a una media de 18 millones de espectadores, en su primera temporada, a 10 durante la quinta, la última emitida hasta el momento. En España no ha tenido mejor suerte y en Cuatro apenas ha pasado de un millón de espectadores durante la emisión de la cuarta entrega.




Completan la lista de series, la ya finalizada Prison Break, con 29.283.591 de descargas, el ácido doctor House (26.277.954), la paranormal Fringe, (21.434.755), Mujeres deseperadas (21.378.412), Anatomía de Grey (19.916.775), el culebrón juvenil Gossip Girl (19.706.870) y cierra la lista Smallville, que narra las aventuras de un joven Superman, con 19.598.999 de descargas.

En el caso de las películas, el ránking es un poco más modesto. Lo encabeza Watchmen, con cerca de 17 millones de descargas, seguido de El curioso caso de Benjamín Button (13.133.137) y Yes man, protagonizada por Jim Carrey, con 13.038.364 peticiones vía torrent. Tras ellas se sitúan Crepúsculo (11.632.645), Fast and Furious (10.613.668), Gran Tourino (9.880.700), Marley and Me (9.099.219). El octavo puesto de la lista es para la única cinta no estadonidense de ránking, la británica Slumdog Millionaire, con casi nueve millones de descargas. En el noveno se sitúa Bolt, una película de animación de Disney sobre un perro con superpoderes (8.690.633) y a poca distancia, cierra la lista Australia que tuvo 8.628.012 de descargas durante el último año.

Problemas legales

El futuro de esta forma de ver series y películas está todavía por ver. Muchos países se están planteando la forma de regular el streaming, una tecnología que permite ver vídeos y escuchar canciones en webs especializadas sin necesidad de descargar y almacenar los archivos, los torrents y las páginas que ofrecen descargas de archivos ante las protestas de autores y productores.

Esta misma semana, un tribunal sueco obligó a un proveedor de banda ancha a desconectar The Pirate Bay (TPB), el mayor portal de P2P del mundo, aunque ya funciona con normalidad al obtener acceso a otro proveedor, y un tribunal holandés ha obligado a Mininova, el segundo mayor portal de archivos P2P del mundo, a retirar todos los enlaces que lleven a contenidos sujetos a derechos de autor en un plazo de tres meses. Si no lo cumple, podría enfrentarse a una multa de 5 millones de euros, según la web Torrentfreak.

Por su parte, el Gobierno británico contempla la posibilidad de cortar la conexión a quienes se bajen ilegalmente música y películas. Francia aprobó en julio una ley que incluye multas de entre 1.500 y 3.750 euros y en España se han panteado algunas medidas aunque todavía no se ha dado ningún paso concreto.

Fuente

España alcanza la cifra de tres millones de funcionarios (el 20% de los ocupados)

La recesión no está pasando factura de igual forma a los españoles. En el último año, la destrucción de empleo y el aumento del paro fueron contundentes en el sector privado. En tasa anual, según los datos de la EPA del segundo trimestre, desaparecieron 1.116.200 asalariados (más casi 90.000 autónomos) y el paro aumentó en 1.755.900 personas.

Sin embargo, el sector público, que se financia con los impuestos de todos, vivió ajeno a esta realidad. Según la información de la misma EPA, el número de empleos en el conjunto las Administraciones Públicas (Estado, autonomías y ayuntamientos) siguió creciendo. En los últimos 12 meses, hasta junio, el número de funcionarios aumentó en 109.300 personas hasta alcanzar otra cifra récord: 3.051.100.



Es decir, a esa fecha, prácticamente uno de cada cinco asalariados en España (el 19,38% exactamente) tenía nómina pública, un dato hasta ahora desconocido. Hace un año, el porcentaje era menor, el 17,45% (casi dos puntos menos), y era aún más inferior cuando estalló la crisis en verano de 2007. En aquel momento, sólo el 17,1% de los asalariados tenían contrato público. Este crecimiento se ha debido a que hay más empleados en este sector y a que, al destruirse tanto empleo privado, el porcentaje de los funcionarios es mayor sobre el conjunto de los asalariados.

Andalucía es la comunidad que más funcionarios ha contratado en este periodo en todas las administraciones. En un año, su número creció en 48.000 personas (21.600 en el último trimestre). Le siguen Cataluña, con 23.300 y Madrid, con 22.200, si bien, en ambas autonomías, bajó en 2.500 y 5.100 empleados en tasa trimestral.

Cataluña es la que porcentualmente tiene menos plantilla pública (un 15,5%). Sin embargo, hace un año ese porcentaje estaba en el 12,5%. Este aumento se ha debido a que, además de aumentar la contratación (40.000 empleados públicos más en dos años), ha perdido 309.900 empleos privados en un año.

Radiografía de los funcionarios en España


Los demás trabajadores, acuciados por los ajustes, la temporalidad y un paro que golpea a más de cuatro millones y medio de personas, envidian su estabilidad laboral, sus vacaciones de sultán y sus desayunos eternos. También está generalizada la idea de que es un cuerpo vago y sobredimensionado. Pero, ¿están justificadas esas críticas?

Casi el 40% de los empleados públicos no tiene plaza en propiedad, la mayoría disfruta de los mismos 22 días laborables que cualquiera y sus sueldos están entre 1.200 y 3.000 euros al mes.

Del total, solo un 21,9% (583.447) trabaja para la Administración pública estatal (ministerios, Agencia Tributaria, prisiones, justicia, Fuerzas Armadas, Policía Nacional, Guardia Civil o entidades públicas empresariales...), mientras que el grueso de la mano de obra pública, el 50,6% (1.345.557), cobra de las comunidades autónomas. En la Administración local (ayuntamientos, diputaciones y cabildos) se encuentra el 23,6% de los trabajadores públicos (627.092) y completan el cuadro las universidades, que dan trabajo al 3,9% de los funcionarios (102.894).

La leyenda negra dice que España es un país de funcionarios pero ¿más que Francia, menos que Alemania, igual que Estonia, el doble que Finlandia? La Presidencia francesa de la Unión Europea realizó en 2008 la comparativa más actual que existe sobre los cuerpos de funcionarios en un informe titulado Administration and the Civil Service in the EU 27 Member States. Analiza datos de 25 países del continente europeo entre los que no está España. Tomando los mismos datos de España en 2008, cuando había casi 100.000 empleados públicos menos -2.582.846-, ¿en qué lugar del ranking quedamos? En la zona media, exactamente en el puesto 16, al mismo nivel que Italia y Alemania. Italia tenía hace dos años 3.400.000 empleados públicos, el 5,7% de la población, uno por cada 17 habitantes, una cifra muy similar a la española -5,5%, uno por cada 18- y a la alemana -donde había 4.500.000 funcionarios para más de 82 millones de personas, lo que se traduce en un 5,4%, 18 habitantes por cada empleado público-.

El país que lidera la lista es Suecia, donde trabajan para la administración 1.125.000 personas, suponen el 12,3% de la población y tocan apenas a ocho habitantes por funcionario. Le siguen Finlandia, Letonia y Malta, con nueve por cabeza. Bélgica y Francia ocupan los puestos séptimo y octavo, ambos con 12 funcionarios por habitante. Irlanda, Portugal y Países Bajos también ganan a España, los dos primeros con 13 habitantes por cada empleado público y el último, con 16.

Los funcionarios tienen 22 días hábiles de vacaciones, como la gran mayoría de los trabajadores por cuenta ajena, a los que se suman días extra por antigüedad y otras particularidades por autonomías, por lo que pueden llegar a los 26. Los más criticados son los docentes, de los que siempre se dice que disfrutan dos meses de vacaciones, a lo que CSI-CSIF responde que "el mismo calendario escolar de la escuela pública rige para la privada y concertada" -por no hablar de que no son dos meses reales, los exámenes finales y de recuperación no se corrigen solos-. Además, los profesores no disponen de "días de asuntos particulares" como el resto de sus compañeros y la gran mayoría de los asalariados.

Su jornada laboral, que de nuevo depende de las distintas administraciones, va según UGT desde las 40 horas de los grupos altos a las 35 de la Seguridad Social con una media de 38 horas, por debajo de Austria (40) pero por encima de Finlandia y Holanda (36 horas), Francia y Portugal (35 horas) e Italia, cuyos empleados públicos son los que menos horas trabajan en Europa, con una jornada de 32,9 horas a la semana.

¿Cuánto ganan?

Calcular cuánto ganan de media es casi tan complicado como realizar los 12 trabajos de Hércules. Para empezar solo hay datos de los funcionarios, cuyo salarios está regulado por ley, pero no del personal laboral ni de otro personal. Ni siquiera los sindicatos se arriesgan -"nadie se ha atrevido a sacar medias, es un infierno", reconocen- y las fuentes oficiales remiten al BOE, donde figuran seis grupos salariales según la titulación -de un sueldo base de 1.161 euros el más alto a 548 el más bajo-, a los que se añade un complemento de destino para el que hay hasta 30 niveles y otros complementos. Así, según explica el gabinete técnico de UGT, para calcular las nóminas de los empleados públicos hay que sumar a las retribuciones básicas (sueldo base, más trienios y pagas extra) las complementarias (complemento de destino, de productividad, específico de puesto, entre otros, como la nocturnidad para funcionarios de prisiones y sanitarios).

Según estimaciones, la inmensa mayoría de los funcionarios tiene un salario mensual de entre 1.200 y 3.000 euros. Apenas hay empleados submileuristas en la función pública, según el Gobierno.

¿Hombres o mujeres?


Por ocupaciones, los mayores contrastes están, sin sorpresa alguna, en las Fuerzas de Seguridad del Estado (125.976 ellos frente a 9.974 ellas) y las Fuerzas Armadas (111.832 frente a 15.541). Las entidades públicas empresariales son también territorio masculino, 44.338 frente a 12.263, al igual que las prisiones: 16.534 funcionarios y solo 5.305 funcionarias.

Sin embargo, las mujeres casi doblan a los hombres en la administración de justicia: 14.916 frente a 8.742, pero no son magistradas, jueces y fiscales, sino otro personal (10. 025). Pero donde las mujeres son legión es en docencia no universitaria y Sanidad (368.926 profesoras sumando las administraciones central y autonómica frente a 177.951 profesores y 345.966 sanitarias/146.755 sanitarios).


Fuente

Los efectos psicológicos del desempleo y del miedo a perder el empleo

Para numerosas personas, la crisis económica ha supuesto un auténtico descalabro. En España el 20% de los ciudadanos en edad de trabajar está en paro y es el dato numérico de muchos dramas familiares y personales. No sólo se trabaja para ganarse la vida, sino también para lograr el desarrollo personal. Por este motivo, desde la vertiente psicológica, perder el empleo resulta demoledor, incluso aunque los recursos económicos estén asegurados.

Aunque mucho menos visible que un terremoto o una inundación de grandes proporciones, el brutal impacto del paro sobre la vida y la salud de la población comporta una situación que cabe calificar como de emergencia nacional. El paro produce una incontable cascada de efectos que incide sobre muchos aspectos cotidianos. La inseguridad de parados y trabajadores incrementa la desesperanza y el miedo, paraliza carreras profesionales, reduce la autoestima, genera estrés psicológico y numerosos riesgos que dañan la salud. Aumenta la probabilidad de enfermar, tener problemas de ansiedad o depresión (tres veces más que en quienes trabajan), engancharse a drogas como el alcohol o tabaco, morir prematuramente o suicidarse.

El primer gran impacto del desempleo es el padecimiento del síndrome de la invisibilidad. Cuando una persona es víctima de este síndrome, siente que "no le ven". "En esta sociedad, a pesar de la crisis, sólo cuenta la productividad, el parecer o el tener". Los parados vagan por las calles, donde observan cómo los cines, los escaparates, los restaurantes, los cafés o las oficinas funcionan, sin que ellos puedan consumir ni formar parte de ese engranaje productivo que constituye el mercado de trabajo.



El mundo sigue, pero cada vez hay más personas desempleadas y aquejadas por un profundo malestar psicológico, con el agravante de que muchas no se atreven a pedir ayuda por vergüenza o por orgullo.

Mientras se trabaja, son muchos quienes se lamentan de los horarios, el salario, las relaciones laborales o el estrés, entre otros factores. Pero el trabajo es una fuente muy importante de bienestar psicológico y social, que se constata cuando se pierde. "Obtener un empleo es una expectativa social y cultural adquirida desde la infancia y, desde entonces, continuamente reforzada a través de las influencias de la escuela, la familia y los medios de comunicación". Cuando una persona logra formar parte del mundo laboral, accede a un nuevo estatus y a una nueva identidad social. El desempleo interrumpe ese proceso y se convierte en una sensación de derrota y fracaso.

El trabajo tiene unas funciones manifiestas, como percibir un salario y las condiciones mismas del empleo, que justifican que los trabajadores experimenten sentimientos negativos hacia su ocupación. Pero también tiene unas funciones latentes que justifican todo lo contrario: una motivación positiva hacia el empleo, incluso aunque sus condiciones salariales y laborales no sean muy favorables.

Entre esas funciones latentes, cabe distinguir cinco: el empleo impone una estructura del tiempo, implica experiencias compartidas y contactos con personas ajenas al núcleo familiar, vincula al individuo con metas y propósitos que rebasan el propio yo, proporciona un estatus social y clarifica la identidad personal y, por último, requiere de una actividad habitual y cotidiana. Puesto que no sólo se trabaja para ganarse la vida, sino también para el desarrollo personal, perder el empleo resulta destructivo desde la vertiente psicológica, incluso cuando se tenga una fuente de ingresos económicos asegurada.

Las consecuencias psicológicas son diferentes para los distintos grupos de población. En la juventud, el desempleo prolonga la dependencia de los padres. Los jóvenes viven el paro como un fracaso y esto puede abocarles a la depresión, reducir sus relaciones sociales y aumentar su pasividad. A menudo, se recluyen en casa para ver la televisión o escuchar música y experimentan vergüenza ante la familia, porque sienten que les han mantenido y se han sacrificado en beneficio de su preparación profesional. Es más, algunos estudios constatan que los jóvenes acaban imbuidos por sentimientos de apatía y resignación, y abandonan la búsqueda de trabajo ante los fracasos repetidos. Otras veces, en especial quienes tienen un elevado nivel cultural, transforman su irritabilidad en trastornos psicofisiológicos que se concretan en problemas digestivos, broncopulmonares y dermatológicos. Y muchos acaban por pensar que son ellos los verdaderos culpables de estar en el paro.

Los adultos pasan en general por varias fases ante un despido. Primero experimentan un shock, se sienten sorprendidos por la noticia, desorientados y tienen miedo. Después, creen estar de vacaciones (aún no han interiorizado que están desempleados), lo perciben como una situación temporal y, a menudo, se dedican a hacer arreglos en la vivienda durante un tiempo. Pero llega un punto en el que tienen la necesidad de buscar trabajo y, ante los repetidos fracasos, se sienten ansiosos e irritables, una fase que puede durar varios meses y que puede derivar en distintos trastornos psicofisiológicos.

Por último, terminan por reconocer su identidad de desempleados y la viven como un fracaso personal y social. Igual que los jóvenes, tienden a quedarse en casa ante la televisión o duermen más horas de lo habitual, con una enorme sensación de vacío.

El desempleo supone un golpe a la autoestima. Sus efectos serán más intensos entre las personas que perciben el trabajo como algo atractivo, tienen altas expectativas de conseguir empleo y están muy motivados para buscarlo. Quienes tienen una actitud más positiva hacia el trabajo sufrirán con más intensidad los efectos del paro.


¿Es peor el miedo a perder el trabajo que el desempleo en sí mismo?


Relacionado con el tema tratado anteriormente, un estudio reciente sugiere que las personas que se preocupan demasiado por la posibilidad de perder su puesto de trabajo informan tener un peor estado de salud y más síntomas de depresión que los que están en paro.

Investigadores de la Universidad de Michigan analizaron muestras representativas a nivel nacional de encuestas de más de 1,700 adultos mayores de 25 años a los que se les preguntó por su salud física y mental , así como por las emociones que albergaban en torno a la seguridad de su trabajo.

Tener trabajo es bueno para la salud... pero no siempre. Estar empleado con un sueldo fijo proporciona muchos beneficios, como un papel social definido, amistades y un horario. Pero cuando los empleos no son así, y se experimenta poco control sobre la labor que se realiza, el empleo es muy estresante y proporciona pocos apoyos y recompensas, entonces trabajar no es bueno para la salud.

Un grupo respondió las preguntas en 1986 y de nuevo en 1989, mientras que el otro grupo las contestó entre 1995 y 2005.

Los que dijeron que temían perder su puesto de trabajo en ambos puntos del estudio informaron sobre un peor estado de salud y más síntomas de depresión que los que habían sido despedidos algún tiempo después de la primera entrevista pero que habían encontrado un trabajo cuando se realizó la segunda.

Los que tenían inseguridad laboral crónica eran más propensos a informar sobre un estado de salud deficiente que los que fumaban o eran hipertensos, de acuerdo con los resultados de un grupo.

"El efecto negativo de la inseguridad continua era más significativo que el desempleo en sí", dijo la autora del estudio Sarah Burgard, profesora asistente de investigación en el Instituto de investigación social de la facultad. "El punto destacado es que estas personas habían conseguido un empleo cuando se realizó la segunda entrevista".

Los que seguían desempleados no se incluyeron en el análisis, que aparece en la edición de septiembre de Social Science & Medicine.

Una buena parte de la investigación analizó el estrés de estar desempleado, apuntó Burgard, pero es poco lo que se conoce sobre los efectos de la incertidumbre laboral continua, un asunto al que se enfrentan muchos trabajadores debido a los cambios bruscos del mercado laboral hoy día y a la prolongación de la recesión económica.

Con los despidos incontrolados y los cambios estructurales en muchas industrias, las expectativas de un empleo de por vida son cada vez más pequeñas. Todo esto trae consigo un aumento en las preocupaciones por la seguridad laboral, dijo Burgard.

Para medir las percepciones de la seguridad laboral, se plantearon las siguientes preguntas: "Si desea permanecer en su trabajo actual, ¿qué probabilidades tiene de mantenerlo en los próximos dos años".

Alrededor del 18 por ciento dijo que se sentían inseguros por su trabajo en cierto grado. Cerca del cinco por ciento de los participantes de la primera encuesta y el tres por ciento de la segunda informaron sobre ansiedad a largo plazo.

Los trabajadores estadounidenses dependen de sus trabajos para obtener ingresos, seguros de salud y jubilación, así que no sorprende que las preocupaciones por perder su empleo les afecte.

Aún así, para algunos de los que todavía conservan sus trabajos pero no saben por cuánto tiempo, la imposibilidad de tomar acción hasta que el despido tenga lugar así como la ausencia de apoyos institucionales pueden hacer que la inseguridad percibida sea más difícil de afrontar.

En el estudio, los investigadores tomaron en cuenta variables como la neurosis, la raza, el estado civil, la educación y características laborales, como el autoempleo.

"De ninguna manera estoy tratando de restar importancia a la pérdida de empleos", dijo Burgard. "Pero la anticipación negativa de un evento puede ser más estresante que el evento en sí. Las personas sienten que tienen la espada de Damocles sobre su cabeza, sin poder ejercer ningún control sobre la situación".

Para manejar la inseguridad laboral constante, Burgard recomendó seguir un estilo de vida saludable, como comer sano, hacer ejercicio, visitar al médico y recurrir a técnicas para reducir el estrés.

Elaborar un presupuesto familiar, mantener las deudas bajo control, preparar un currículo y considerar otras opciones de trabajo también pueden ayudar. Al igual que usar el seguro médico del empleador mientras esté vigente, sugirieron los investigadores.

"Parte del problema es la sensación de impotencia", dijo Burgard. "Tomar acción, hasta donde sea posible, puede ayudar a la gente a sentir que tienen al menos algún control sobre una situación realmente difícil".

En vista de la precaria situación del mercado laboral y de otras restricciones como la responsabilidad familiar, estas medidas puede que no sean suficientes.

"Hay muchas cosas que puede hacer para contrarrestar estas fuerzas", dijo Burgard. "No caiga en la trampa de culparse a sí mismo. Estamos ante una recesión global, y las turbulencias por las que atraviesa en su trabajo quizá no sean culpa suya".

El Dr. Norman Sussman, jefe interino del departamento de psiquiatría del Centro Médico Langone de Nueva York, dijo que es importante tomar en cuenta que existen diferencias individuales en lo bien que las personas lidian con la inseguridad laboral y la pérdida de su trabajo.

Para los que son más propensos a preocuparse o a sentirse incómodos con la ambigüedad, las preocupaciones podrían ser muy estresantes y conducir al insomnio, dolores de cabeza, alteración intestinal y presión arterial alta, dijo. Otros son capaces de soportar con éxito una crisis con pocos efectos negativos de salud. El por qué algunos salen adelante sin dificultad y otros no aún no está claro, agregó.

"La ansiedad enfermiza consiste en preocuparse por algo que pueda que ocurra o no, y vivir pendiente de los problemas del mañana", dijo Sussman.

Fuente